15 ago 2008

El camino de regreso




bueno, este es un cuento que escrivi yo misma... espero que les guste, pontro vendran más y más, pero cuidado, este es el más cortito, se van a hacer más largos... jeje bueno, espero que les guste...


El camino de regreso.

Otra vez iniciaba el aburrido y recto camino, eran solo cinco cuadras, pero eran las cinco cuadras más aburridas del mundo. Era la tercera vez que lo hacía en el día; esta vez, y la última, llevaba en su espalda todo el peso de la mañana, el peso de la educación que colgaba de sus hombros. Alrededor del cuello llevaba esa larga tira de abrigada lana entrelazada que se movía al compás de la brisa otoñal.
Caminaba con paso lento, cansado pero constante. Las calles parecían completamente desérticas, por lo que ni siquiera se preocupaba por levantar la vista un momento de sus zapatillas azules que, por cierto, su paso iba desatando.
Solo se escuchaba el canto de los pájaros que acompañaban el ritmo de sus pasos. Hubieran sido marcados las cinco cuadras por ese pacífico ritmo si no hubiera sido por el agudo y molesto zumbido que lo interrumpió. El patético sonido estaba en su oído izquierdo, por lo que lanzó un manotazo con esa mano, como para alejar al causante de tal distracción. Pero no pasó nada, el zumbido siguió sonando, esta vez en su oído derecho, por lo que repitió el manotazo. Así una y otra vez. Parecía que el -o la- causante del zumbido le estaba jugando una broma pesada. Alternativamente en el oído izquierdo y en el derecho el zumbido seguía y sus manotazos no cesaban. En cierto momento comenzó a girar sobre sí misma, tratando de alejar los molestos insectos que de seguro producían el fastidioso sonido, pero aunque no dio cuenta siguió avanzando por la vereda. Ya no lo soportaba, necesitaba que parara. Inconscientemente cerró los ojos; entonces bajó el pequeño escalón y el zumbido se convirtió en el rugido de un motor y al fin el silencio.