22 jun 2009

Cronicas... FINAL .. cap 19: Un nuevo camino

cap anterior:
- No... ¡¡NOOOOOO!!
El grito de Hadda inundó el bosque entero. Ella abrazó a su primo con fuerza, las lágrimas no cesaban... era la primera vez que lloraba en diez años...


Cáp. 19: Un nuevo camino.

- Es inconfundible... ese grito fue de Hadda...
- ¡Entonces que estamos esperando, apúrense!

Hadda abrazaba fuertemente el cuerpo de Shusei, al cual seguía empapando con sus lágrimas; la sangre de su primo la empapaba completamente y aún mantenía bien apretada la mano en donde tenía el sello del Fuego. Kazuo miraba tristemente a su hija, mientras volvía a acomodar su cabello sobre su ojo, la batalla había terminado sin importar de qué lado se mirara.
Kaori temblaba de pies a cabeza. Cuando ya no lo soportó cerró los ojos y retrocedió, hasta llegar hasta su padre, el cual desvió la mirada y se acercó a su hijo protectoramente.
- ¡N- no puede ser!- Yuriko, Yusei y Kaname aparecieron y todos dirigieron su vista a ellos cuando la chica gritó.
Hadda los miró, sabía que Shinji les había hecho algo y estaba feliz por verlos bien, no iba a soportar perder a alguien más ese día.
- ¡Cómo mierda escaparon!
- Bueno, el hecho de que uno de nosotros tuviera navaja incorporada en los dedos ayudó mucho- contestó Yusei-. Ahora Shinji, que fue lo que hiciste... acabas de matar al miembro más fuerte después de ti... acabas de destruir una familia....
- ¿Familia? Dos primos no son una familia...- respondió de mala forma el líder- él mismo acabó con su propia familia hace años.
Hadda dirigió su vista hacia Shinji y estaba a punto de hablar, pero Kaori se le adelantó.
- ¡Shusei-sama no destruyó ninguna familia! ¡Él hizo un bien... él debería haber sido honrado como a un héroe, no marcado como un traidor! ¡Si alguien destruyó una familia no fue Shusei-sama, en todo caso debes haber sido tú, Shinji!
- ¡¡De que estás hablando niño!!- gritaron al mismo tiempo Shinji y Ikkyo.
- ¡¿Dime, si tu hermano asesinara a todo tu Clan, lo considerarías un héroe?! ¡Piensa lo que dices niño! ¡¡Tú no sabes nada!!
- No le grites a mi aprendiz Ikkyo- lo detuvo con voz fría y dura Hadda- él sabe más que tu- él la miró extrañado, ella apoyó suavemente a Shusei en el suelo y se puso de pe- ¿Nunca te preguntaste porque Shusei-san te dejó vivo? He?
- Claro que lo hice... y llegué a una respuesta!
- ¡De seguro errónea!! Shusei-san lo hizo todo po ti!
- Él me dejó vivo porque pretendía que yo me volviera más fuerte, él me dijo una vez que yo debía superarlo sin importar nada, ¡por eso me dejó vivo! Para que yo lo odiase y sintiera la necesidad de superarlo y hacerme tan fuerte como él, así él tendría a alguien fuerte con quien probarse... ¡él solo me quería para probar que era el más fuerte!
Hadda negó con la cabeza- Si así fue, entonces porque dejó vivo a tu mejor amigo? Porque dejar vivir a Toki?- Ikkyo intentó responder, pero no pudo- Tienes una visión equivocada de tu hermano, Ikkyo. Él desobedeció una orden directa como líder de SSEG cuando los dejó vivos a los dos... no solo no exterminó a todo el Clan, sino que dejó vivo a dos testigos, dos testigos... eso va en contra del nimpo, sabes?
- ¡Claro que lo se! ¡Pero entonces si fue una orden directa entonces... entonces fue el Tercero quien mandó a eliminar a mi Clan!
- ¡Claro que no Ikkyo!- gritó Toki- Al contrario el Tercero no estaba de acuerdo en eliminar a todo el Clan... pero aún así los consejeros dieron la orden y Shusei no la desobedeció.
- Pero los sentimientos de Shusei-san hacia ti interfirieron y por eso no pudo matarte, ni a Toki que, como miembro de SSEG, había jurado defender.
- Entonces... él me dejó vivo porque... ¿porque me quería? ¿Simplemente por eso?
- Si, así es... él quería que tú y yo nos criáramos juntos, como ninjas, como heians... bajo la tutela de quien había sido su mejor miembro de SSEG, Kazuo.
- Pero nada resultó como el quería... por eso Kazuo entrenó al equipo 10, Toki, Mei y yo... cuando en realidad debimos haber sido tu, yo y...
- Toki- terminó Hadda- así estaba previsto, pero nada salió como estaba planeado... mi madre murió, yo perdí la memoria, por tu odio te uniste a Genji-sama, casi matas a Toki, y yo tardé demasiado en recordar... y para cuando lo hice, también me convertí en traidora.
- Entonces... por eso Shusei se nos unió, porque no iba a quedar muy bien que el líder de SSEG, un perfecto shinobi, hubiera desobedecido el nimpo... interesante... y yo que siempre creí que Shusei era tan frío como una roca, estaba convencido de que era igual que yo...
- Hay una diferencia muy importante entre tu y Shusei, Shinji- interrumpió Yuriko, con lágrimas en los ojos- él tenía sentimientos, honor y respeto... eso es algo que tu nunca tendrás... algo que hacía a Shusei mejor ninja que tu... ¡él era el más poderoso de Caelum Sanguis por eso, por cosas que tu nunca llegarás en entender!- y dicho esto se largó a llorar.
Todos permanecieron en silencio. Kaori se acercó al cuerpo de Shusei y le cerró los ojos. Shinji, Kasuya, Takuma y Hisao se dispusieron a regresar al escondite de Caelum Sanguis, pero Hadda los detuvo.
- ¡Espera Shinji!- el líder la miró, ella le mostró el sello del fuego que tenía en la mano- ¡No olvides que sigo siendo miembro oficial de Caelum Sanguis! Escucha, Shusei se merece ser honrado con un funeral, y yo estaré allí, pero eso no quiere decir que te librarás de mi, hicimos un trato, y no pienso permitir que te des el lujo de romperlo, si?
- ¡Ja! Haz lo que quieras, yo ya conseguí lo que quería de ti, pero recuerda que un traidor nunca deja de ser traidor- y dicho esto partió, seguido de todos los demás miembros de la organización, a excepción de Yuriko y, obviamente, Hadda.
Luego de que los traidores se perdieron de vista, Kaichi inmovilizó a Kentaro para que no escapase y todos se dirigieron a la Aldea del Fuego, con el cuerpo del ex líder de SSEG con ellos. Yuriko los siguió de cerca, no podía alejar de su mente ese sentimiento de vacío que le provocaba la muerte de Shusei.
Una vez en la aldea, Keiichiro decidió que el funeral de Shusei fuera secreto, por lo que lo realizaron en la sede del SSEG del fuego. Todos los miembros del SSEG, la HiKokuo, Kazuo, Kaichi, Toki, Kaori, Mei, Hadda, Yuriko e Ikkyo estuvieron presentes. Después de eso, Hadda sugirió que quemaran el cuerpo, ya que eso era lo que Shusei hubiera querido, para que los secretos de su sangre no sean revelados nunca. Las cenizas fueron esparcidas por toda la aldea y su nombre fue colocado en la lápida de “Caídos en Combate”, bajo el rótulo de: “Shusei Heian, el Demonio Guardián”.

Unos días después, Hadda estaba parada frente a la lápida de los Caídos en Combate, cuando Toki se acercó a ella.
- ¿Es extraño ver su nombre ahí, no?
- Claro que lo es... jamás pensé que moriría en mis brazos... y de esa manera.
- ... tampoco yo...- Toki la miró, ella aún llevaba puesta la túnica y la banda de Caelum Sanguis, empapadas con la sangre de su primo- ¿No vas a cambiarte?
Ella negó- Sus nombres están juntos- dijo, ignorando las palabras de su amigo.
- ¿A que te refieres?
- Mira- señaló el lugar donde estaba escrito el nombre de Shusei- está al lado de mi madre, ¿lo ves?
Toki leyó, así era, al lado de la inscripción de Shusei decía: “Jaina Heian Gintama, la Sirena Guerrera”.
- ¿Por que el nombre de tu madre es La Sirena Guerrera?
- Porque dicen que mi madre era delicada, hermosa e hipnotizante como una sirena, pero era una de las mejores guerreras del Universo.
- Ya veo...- se quedaron un rato en silencio- Hadda- ella lo miró- ¿Me respondes una pregunta?
- Claro.
- ¿Qué vas a hacer? ¿Serás una kunoichi de la Aldea del Fuego o una kunoichi de Caelum Sanguis?
Ella lo miró a los ojos y le dio un beso en la mejilla- Lo siento amigo, pero la Demonio Escurridiza nunca dejará de ser escurridiza.
Y dicho esto se fue caminando tranquilamente. Su mejor amigo continuó mirando su caminar con una sonrisa hasta que se perdió de vista.

Ya fuera del territorio de la Aldea del Fuego, Hadda y Yuriko se encontraron y se dispusieron a marcharse.
- ¿Estás segura de esto Hadda?
- Claro que si- se colgó el sello del fuego al cuello- nunca he estado tan segura... además... dentro de nueve meses tendrás que volver a esta aldea Yuriko, ¿de que te preocupas?
- ¿Cómo...?
Ella sonrió, luego miró la Aldea, no era la última vez que vería esa aldea, estaba segura de que iba a volver en poco tiempo, después de todo Kaichi y ella estaban dispuestos a todo.
- La miras muy nostálgica.
- La Aldea del Fuego siempre será mi verdadero hogar.
- Pero entonces...
- No puedo quedarme... soy un alma aventurera... además, para la mayoría soy una traidora, y me incluyo.
- ¿No te da pena eso?
Negó con la cabeza- ... después de todo, este es mi camino ninja...
Y sin decir más, partieron.


FIN

7 jun 2009

Cronicas... cap 18: Sacrificio inesperado

cap anterior:
Shinji miró a Kasuya, Hisao y Takuma- Vamos, no podemos dejar que esos traidores escapen. Nadie traiciona a un traidor así como así.

Cáp. 18: Sacrifico inesperado.

Hadda e Shusei se dirigen desde el norte del País de la Garra a la Aldea del Fuego; Kaori y su equipo se dirigen desde la Aldea Fronteriza a su Aldea, al igual que Kazuo y Kaichi; Ikkyo y Kentaro siguen el rastro de Hadda. Es inminente el encuentro en algún punto del País del Fuego

- Shusei...
- Si, lo se, Shinji nos está siguiendo.
- No me refería a Shinji, sino a...
Pero antes de que terminara la frase, alguien salió de entre los árboles y se abalanzó sobre el Heian. Hadda frenó sobre la rama del árbol contiguo y estaba por ir a ayudar a su primo cuando un shinobi de cabello negro y ojos grises se interpuso.
- Kentaro.
- Esta vez no interferirás en la venganza de Ikkyo-sama- dijo él en forma de respuesta.
Hadda observó a los dos hermanos, que luchaban en el aire, mientras caían. Levantó la vista hacia Kentaro, observando el camino por el que venían para no ser sorprendida por Shinji. Estaban por comenzar a pelear, cuando Hadda sintió otra presencia conocida: eran Kaori y Takeshi, acompañados por otros dos. Kentaro miró por encima de su hombro, él también los había detectado. La chica se dio vuelta bruscamente.

- Kaori que ocurre?- Takeshi había chocado con la espalda de Soichi, porque éste se había detenido en seco ya que iba detrás del líder.
- Hadda...- el chico tenía el Aoime activado y acababa de verle la cara a un kilómetro más adelante.
- ¡Que! ¡Hadda-sensei está más adelante!
- Si- contestó Kaori
- Y parece que no está sola- agregó alguien más.
Los tres Deshis se dieron vuelta: Kazuo y Kaichi los habían alcanzado.
- Ya era hora de encontrarnos, no?
Nadie dijo nada, Kaori y Kazuo salieron a toda velocidad hacia Hadda. Caelum Sanguis había llegado y la chica peleaba contra ellos.
- ¡Kaori no!- Kaichi también se dirigió a toda velocidad hacia el lugar de la batalla- ¡Niños, quédense aquí!
- ¡Si claro! ¡No voy a permitir que maten a mi sensei!- gritó Takeshi y siguió al Kyosho.
Los otros dos se miraron algo confundidos y también los siguieron.

Hadda peleaba contra Kentaro, Shinji, Kasuya, Hisao y Takuma. El primero quería impedir que ayudara a Shusei, los otros cuatro querían matarla, o al menos ese parecía. La batalla era difícil, sus poderes habían aumentado mucho a causa de la extracción del demonio y por eso mismo le era muy difícil controlar el Aura y utilizar sus habilidades como antes.
Justo entonces llegaron Kazuo y Kaori, seguidos de Kaichi y Takeshi, los cuales comenzaron a pelear contra Kasuya, Hisao, Shinji y Takuma respectivamente. Hadda desvió su atención hacia sus primos, que ya estaban en el suelo y se dispuso a intervenir. Kentaro la siguió. Pero entonces llegaron Soichi y Tsume.
- ¡Detengan al que está detrás de Hadda!- les gritó Kaori apenas llegaron.
Los dos chicos ni lo pensaron y se abalanzaron sobre Kentaro. Tsume, miembro del Clan Dobutsuchi, que pelea con animales, no tardó en invocar a su primer mascota: un zorro gris; mientras que Soichi, miembro del Clan Yagami comenzó a utilizar la energía psíquica de Kentaro en su contra.
Hadda aprovechó la oportunidad y se abalanzó sobre Ikkyo, alejándolo de su hermano. El dos contra uno comenzó.
Y las batallas continuaron: Kasuya contra Kazuo, Hisao vs Kaori, Shinji vs Kaichi, Takuma vs Takeshi, Kentaro vs Soichi y Tsume, Ikkyo vs Shusei y Hadda.
Pero en cierto momento, algo les falló a los tres Deshis: Kentaro se liberó de Tsume y su zorro y entonces el ataque mental de Soichi se desvió, yendo directo a Takeshi, el cual, empujado por Takuma, lo recibió. El sannin utilizó sus lianas y amarró a los tres chicos, comenzando a estrangularlos. Al ver esto, Hadda tuvo que dejar se pelea para ayudar a Takuma y rescatar a su aprendiz y a los otros.
Tomó tres shurikens y las rodeó de Aura- ¡Furia de Fuego Shuriken!- y las lanzó al tiempo que el Aura se convertía en fuego. Las tres shurikens cortaron las lianas y los liberaron- Chicos, salgan de aquí, escóndanse!
- ¡Pero Hadda-sensei...!
- ¡Takeshi!- la chica lo miró fijo- Es una orden- dijo simplemente, con una voz seria y fría.
El chico quedó helado ante esto y retrocedió- Va-Vámonos.
- ¿Y que hay de Kaori? No podemos dejarlo... Takeshi!
- ¡Solo vámonos!- el chico les dio la espalda a todos y con los puños apretados marchó en otra dirección.
Los otros dos lo siguieron. Pero a solo un metro vieron que el chico estaba escondido detrás del tronco de un árbol, observando todo.
Hadda quiso volver con Shusei, pero Takuma y Kentaro se lo impidieron, por lo que no tuvo más opción que enfrentarse a ellos. Pero se falta de entrenamiento comenzó a notarse demasiado pronto y en poco tiempo quedó acorralada por ambos. Quiso escabullirse, pero no pudo y cayó de rodillas.
- Es hora de demostrarte que les pasa a los que traicionan a Caelum Sanguis- le dijo Takuma- ¡Liana Sable!- una rama del árbol en donde estaban apareció ante él y se convirtió en un puntiagudo sable.
- jeje- se burló Kentaro- supongo que nos veremos en el infiero Hadda-hime.
Hadda miró de reojo todas las batallas, no había nadie que pudiera salvarla, ni siquiera ella misma- Parece que esta vez tienes razón Kentaro- serró los ojos y activó el Oniroku Jigokume. Los abrió y lo miró fijo- Nos vemos en el infierno... ¡Mirada....!
- ¡Huracán de Kyuubi!
El grito fue seguido de un poderoso ataque de viento y fuego de kyuubi combinados que golpearon de lleno a los dos shinobis y los hizo desaparecer de la vista. Hadda quedó helada, sabía quien era el que la había salvado. Levantó la vista hacia su derecha, su mejor amigo la miraba con una sonrisa pícara.
- Toki...
- No me preguntes porque lo hice- le dijo él, tendiéndole la mano- Solo lo hice.
Ella tomó su mano y se incorporó- Me salvaste la vida... No debiste hacerlo... si yo moría esta batalla terminaba.
- Jamás permitiría que mi mejor amiga muriera, aunque me haya traicionado.
- Toki yo... ¿él no te dijo porque lo hice, no? Yo le pedí que no lo hiciera, él... Kaori me hizo caso.
- ¿De que estás hablando?
Ella estaba por responder, pero entonces se sintió el grito de Kaori:
- ¡¡NO!! ¡Suéltalo! Maldito... ¡Maldito pescado!
Todos se detuvieron. Kazuo estaba inmovilizado por lo que parecían ser serpientes de agua y Kasuya lo apuntaba con su espada, la peligrosa Tsurugi. Kaori intentaba llegar al escamoso shinobi, pero le era imposible a causa de las mismas serpientes de agua que intentaban atraparlo a él también.
Lo primero que se le vino a la mente fue ir a ayudar a su padre y su aprendiz, pero Toki, adivinando su pensamiento, le tomó el brazo diciendo:
- Ni lo pienses, tienes poco Aura.
Ella lo miró y estaba por reprochar cuando se dio cuenta de que él tenía razón. Tenía poco Aura moldeable, todo lo demás era el Aura del Fuego de Marte, que aún no había tenido tiempo de aprender a controlar.
Miró a Kaichi; él y Shinji habían tenido una muy dura batalla y estaba en la misma situación que ella. Miró a los hermanos Heian: ambos estaban inmóviles, Shusei con la mirada fija en Kasuya y Kazuo, Ikkyo por su lado miraba fijo a Toki y Hadda.
Nadie hacía nada, reinaba un incómodo silencio y parecía que todos estaban esperando que alguien hiciera algo.
- Toki, tu eres el único que puede hacer algo, no se como llegaste hasta aquí, pero eres que más Aura tiene, por favor... salva a mi padre y a Kaori.
- Ha... yo...- el chico tenía los puños apretados, pero aún así le temblaban los brazos- No... no se que hacer... ya-ya pensé en todo y... y... no se... tampoco puedo moverme... no se que hacer...
- To-Toki...
Volvió a mirar a su padre, que luchaba por salvarse. Las serpientes ya habían atrapado a Kaori, Kaichi miraba al hombre, a su hijo, a Hadda y Toki, incluso a Shusei, esperando algo... pero nada pasaba.
- ¡¡Kasuya!!- gritó Shinji, sobresaltando a todos- ¡¡Mátalo!!
- Como digas...
Kasuya tomó con ambas manos el Mago de Tsurugi y simplemente la clavó.
- Papa....! ¡¡NOOOO!!
Kazuo serró los ojos esperando la espada atravesándole el corazón, pero solo sintió el grito desgarrador de su hija y algo que lo salpicaba.
- ¡¡Shuseiiiii!!
Al oír esto el hombre abrió los ojos. Las serpientes habían desaparecido y enfrente suyo, entre él y Kasuya, con Tsurugi atravesándole el corazón estaba Shusei.
- Que... ¡¡Que haces idiota!!- gritó Kasuya, tan estupefacto como todos- ¡¡Que rayos hiciste!!
El joven temblaba de pies a cabeza- So-solo ha-hago lo que... lo que te-tenía q-que ha-hacer...
- Agg... ¡¡idiota!!- Kasuya, fuera de sí, sacó la espada del cuerpo de su compañero, desgarrándole por completo el corazón.
Shusei escupió sangre y cayó hacia el costado. Hadda apareció a su lado y lo agarró antes de que tocara el suelo.
- Shu-Shusei...- ella lo abrazó con fuerza, sus lágrimas lo empapaban- re-resiste Shusei, por-por favor... re-resiste...- ella rodeó su mano de Aura curativo e intentó curarlo, pero ya era tarde, su mano, su ropa, el suelo, se llenaron de la sangre del Heian- tienes que resistir... Shusei...
- Ha-Hadda...- él le acarició la cara- No gastes tu energía... ya... ya es tarde para mi...
- No... voy a curarte... vas a estar bien...
- No... ambos sabemos que no es así... ... Hadda - las lágrimas de la chica mojaban su cara- es la primera vez que te veo llorar... es-escúchame- tomó el sello del Fuego que colgaba de su cuello y se lo arrancó- Toma...- le tomó la mano que intentaba curarlo y le puso el sello en ella- guárdalo, para que no me olvides... y... y para que recuerdes convertirte en la mejor kunoichi de todas... sin... sin importar... el ca-camino que elijas... ¿si? ¿Me prometes que lo harás?
- Claro que si... jamás voy a olvidarte... eres la persona a la que más amé en toda mi vida... yo... pro-prometo que me convertiré en la kunoichi que tu quieres que sea... te lo prometo...
- Se que serás la mejor... no importa el camino... no importa con quien o en donde entrenes... no importa que banda lleves en tu frente... tu eres la mejor... siempre lo has sido para mi...
- Shusei...- Kazuo se les acercó- Por... por qué?
- Porque prometí proteger a Hadda con mi vida... prometí hacerla feliz... se lo prometía a Jaina....- miró hacia donde estaba su hermano- Ikkyo... también prometí hacerte feliz a ti, protegerte... perdóname... no pude cumplir mi promesa... perdóname hermano...
Pero antes de que el chico pudiera decir algo el Jigokume de Shusei se desactivó y sus profundos ojos negros como la noche perdieron su brillo. La mano que aferraba a la de Hadda se aflojó, su pulso se detuvo: había muerto.
- No... ¡¡NOOOOOO!!
El grito de Hadda inundó el bosque entero. Ella abrazó a su primo con fuerza, las lágrimas no cesaban... era la primera vez que lloraba en diez años...

Cáp. 19: Un nuevo camino.

2 jun 2009

Cronicas... cap 17

cap anterior:
Miró a su izquierda- ¡Shinji! Como es que...- pero antes de que pudiera terminar otro Shinji apareció por su derecha. El de la izquierda tenía unas tremendas ojeras y el otro ojos muy grandes- ¡Ha...! ¡No puede ser! ¡Eres igual que yo! ¡Eres un Ser Mágico que puede dividir su alma!
- Si- le dijo el de la boca enorme- ¡Y tuve que utilizar una de esas partes para crear el sello!
- ¡Ja! Te dije que no te sería fácil Shinji...- dibujó una maliciosa sonrisa.
- Borra esa sonrisa de tu cara, el sello ya está hecho, el poder del Gran Demonio me pertenece ahora- dijo la voz del líder a su espalda.
La chica de dio vuelta, el Shinji original estaba ahí- Si... felicitaciones... el poder del “Gran Demonio de Fuego” es tuyo. Ahora, si me permites, iré a mi cuerpo a descansar y a acostumbrarme a la paz...
Y dicho esto la chica salió del cuerpo del líder de Caelum Sanguis y se metió en el suyo.
- ¿Acostumbrarse a la paz?
- Porque dijo el Gran Demonio con ese tono, como burlándose.
- No es buena señal...
- No se lo que signifiquen sus palabras, pero lo voy a averiguar... esa chica oculta muchas más cosas de lo que creemos, estoy seguro.

Cáp. 17: Traicionando a los traidores.

- Bien, será mejor que volvamos a la Aldea.
- ¿Tan rápido?- reprochó Takeshi- ¿No podemos quedarnos un poco para descansar?
Kaori se dio vuelta y miró a su mejor amigo. La banda roja de la Aldea del Fuego relucía en frente, entretapada por su flequillo. Los otros eran mayores que él, pero eran Deshis y también sus amigos.
- Lo siento, pero Keiichiro-sama me dijo que volvamos a la aldea lo más rápido posible.
Los tres chicos se dispusieron a regresar a su aldea. Había tenido una misión importante y difícil: la hija de uno de los líderes del País de la Garra había sido secuestrada por la oposición de samurái del Clan del Tigre. Los cuatro había tenido que pelear contra poderosos samuráis, que los superaban en cantidad y habilidades, pero gracias al liderazgo y la estrategia de Kaori lograron cumplir la misión con éxito.
Partieron de la Aldea Fronteriza caminando para recuperar energías, ya que hacía apenas media hora que había terminado con la misión.

- Ikkyo-sama, ya han pasado...
- Tres días... A ellos.
Y sin decir más Ikkyo y Kentaro partieron hacia el note, hacia donde los guiaba la serpiente rastreadora que Ikkyo había invocado para seguir el aroma de Hadda.

- ¡Que! ¡¿Partieron?!
- Si, hace como una hora, volvían para la Aldea del Fuego.
- Lo vez Kaichi, Keiichiro tenía razón, estaban bien... ahora debemos volver...- dijo como cansado Kazuo.
Habían llegado a al Aldea después de tres días de viaje, solo para encontrarse con que Kaori y su equipo ya habían partido. Por lo que se dispusieron a regresar, esperando encontrarse por el camino.

Parpadeó unas cuantas veces para aclararse la vista. Lo primero que vio fue a Shusei, con una dulce sonrisa en el rostro. Se incorporó lentamente. Su primo le acomodó la almohada para que pudiera sentarse. Bostezó, y entonces vio que al lado de su primo estaba Yuriko.
- ¿Qué...?
- Estuviste inconsciente tres días- dijo la chica- Shusei-kun estaba muy preocupado por ti- y para su sorpresa le colocó una mano en el hombro a Shusei y lo miró con cariño.
- ¿Cómo te sientes?
- Bien... sabes, no estaba inconsciente.
- ¿Qué?
- Me desperté hace dos noches, tu estabas durmiendo, supongo que era muy tarde, después me dormí.
- ¡Quieres decir que estuviste inconsciente un día y los otros dos dormiste!
- jeje si... supongo que necesitaba descansar...- dijo rascándose la cabeza, luego se puso seria- pero cuando desperté tu también estabas aquí Yuriko.
- ¿He? ¿Yo?
- Si, Shusei-san estaba dormido en esa silla- señaló la silla al lado de su cama- ¡Y tú también estabas dormida, en su cama!- terminó, señalando la cama de Shusei.
- Ha... es que hubo un derrumbe y mi habitación quedó sepultada esa noche- dijo Yuriko en forma de respuesta, pero se había sonrojado un poco.
- Le preste mi cama para que durmiera. Además, se suponía que yo debía estar despierto toda la noche, cuidándote.
- ¿Toda la noche?- Hadda miró a su primo a los ojos, tenía ojeras enormes, al parecer se había dormido solo esa noche.
- Creí que no me había dormido...- dijo decepcionado- perdóname, podría haberte pasado algo en ese rato...
- Shusei- lo detuvo ella- muchas gracias por cuidarme Shusei-san.
Se quedaron un rato en silencio, hasta que Shinji irrumpió en la habitación, entrando de un portazo.
- ¡Aquí estás Yuriko! ¡Te he estado buscando!- le gritó a la chica, luego miró a Hadda- ¡Veo que ya despertaste! ¡Ya era hora!
- ¡Shinji cálmate!- le gritó Shusei, Hadda jamás lo había visto gritar así- Si vas a gritar, hazlo afuera, Hadda necesita descansar.
- Si, eso supongo...- dijo de mal modo, luego se dirigió a Yuriko de nuevo- Ven aquí, tengo que decirte algo!
La chica suspiró, miró a los dos Heian y salió de la habitación detrás de Shinji. Cuando se aseguró de que se habían alejado, Shusei dijo:
- Creo que se dio cuenta de que tu enorme poder no venía de ese demonio.
La chica se encogió de hombros- Yo se lo advertí, ese demonio no es como cualquier otro.
- Pero tú le dijiste que él te proporcionaba ese enorme Aura y poder, como lo hace un bijuu con su jinyuriki.
- Yo jamás le dije eso, él lo dio por sentado, supuso que ese demonio era como un bijuu, que estaba sellado pero que yo podía usar su poder... lástima que no es así.
- El Fuego de Marte es lo que te da ese enorme poder, ¿verdad?- ella asintió- Pero no podías usarlo por culpa del demonio.
- Así es. Sin el Fuego de Marte el sello que lo mantenía encerrado no se hubiera podido crear.
- Ya veo... y dime... ¿Quién es ese demonio, por qué posee tanto poder?
- Es el demonio contra quien lucharon los primeros cinco Guerreros Mágicos, su primer y más grande adversario. El líder de la oscuridad en ese gran guerra inicial del bien contra el mal.
- Pero... ¿no lo mataron?
- Eso creyeron, pero al parecer este demonio se convirtió en espíritu, esperando reencarnar algún día.
- Pero como no pudo reencarnar intentó apoderarse de un cuerpo poderoso que tuviera alma débil, y como te encontró a ti, creyó que podría controlarte.
- Si, él creyó que como yo era sólo un bebe me controlaría, pero mi alma era fuerte en ese entonces, por las sucesivas encarnaciones que tuve.
- Y lo sigues siendo- aclaró Shusei- tu alma sigue siendo fuerte.
- No... mi alma está muy debilitada por culpa del sello y de las divisiones que sufrí.
- Entonces, ahora que estás libre, podrás entrenar para fortalecerla, como lo era cuando eras pequeña.
- Si, es probable... pero aquí, en Caelum Sanguis, con Shinji asechándome, no podré hacer mucho.
- Entonces iremos adonde sí puedas fortalecer tu alma, adonde sea.
- ¿Iremos? Shusei...
- Sabes que te acompañaré adonde sea- - la interrumpió él- hice una promesa, a ti y a tu madre, y no quiero seguir rompiendo promesas... te acompañaré adonde sea y te protegeré con vida... haré lo que sea para hacerte feliz.
- I-Shusei... ¿traicionarías incluso a Caelum Sanguis por mí?
- A ellos y a quien sea... después de todo, un traidor siempre será un traidor.
- Para mi tu no eres un traidor, eres un héroe.
La miró por unos minutos, pero luego dijo:
- Entonces, ¿Cuál es tu plan?
- ¿Mi plan...? Es sencillo. Escaparemos a la Aldea del Fuego.
- Pero... no voy a poder vivir ahí, todos me condenan por lo que hice y no los culpo por eso, porque yo hice que me condenaran.
- No, Toki, Mei, Kaori y mi padre saben la verdad... saben que eres nuestro aliado.
- Pero cuatro personas no bastan para convencer a toda una aldea.
- Shusei escúchame- él la miró en forma de respuesta- ¿Confías en mí?
- Claro que si.
- Entonces no tienes de que preocuparte- bajó de la cama, se acercó a la puerta y espió el pasillo- debemos irnos lo antes posible. Podemos aprovechar ahora, que Shinji está con Yuriko e irnos.
- De acuerdo, pero... ¿vas a ir en pijama?
- ¿He?- solo entonces se dio cuenta de que no tenía puesta su túnica- ¡Ha! No me había dado cuenta... pero... ¿Quién me cambió?
- No te preocupes- Shusei se acercó a la puerta- fue Yuriko. Cámbiate y nos iremos, ¿si?- ella asintió con una sonrisa y él salió de la habitación.
Pasaron unos minutos. Ambos estaban en el pasillo, hablando en susurros.
- Entonces, no volveremos.
- No, nos quedaremos en la Aldea. Como ambos somos desertores tendremos que escondernos.
- Si, y estar atentos, porque ahora no solo somos desertores del Fuego, también lo somos de Caelum Sanguis.
- Si, lo se. Por eso tu vivirás con mi padre y yo con Kaichi, así estaremos alejados y n barrios muy diferentes.
- De acuerdo, vamos.
Y salieron de la guarida a toda velocidad, creyendo que no habían sido vistos. Pero Takuma, que estaba escondido, no tardó en llamar a Shinji.
El líder apareció, seguido de Kasuya y hisao. Yusei, Kaname y Yuriko estaban esposados con resistentes lianas, por ser los más allegados a los dos Heians.
- Esos dos se arrepentirán de habernos traicionado, así que- miró a los tres esposados- prepárense para ver morir a sus amiguitos...
- No lo creo Shinji- contradijo Kaname- ellos no van a morir en tus manos... son más fuertes que tu.
- Kaname... ¡si no fueras una marioneta ya estarías muerto!
El Chimu le dedicó una maliciosa sonrisa. Él mismo había creado una técnica llamada “Técnica del Marionetista Supremo”, por la cual el alma del ejecutor de la técnica se transportaba a una marioneta y no podía morir, excepto que él lo quisiera. El verdadero cuerpo de Kaname había muerto de una enfermedad a muy temprana edad y desde entonces el Chimu permanecía inmortal en una marioneta de aspecto humano, de madera rojiza y cabello naranja.
Shinji miró a Kasuya, Hisao y Takuma- Vamos, no podemos dejar que esos traidores escapen. Nadie traiciona a un traidor así como así.

Cáp. 18: Sacrifico inesperado.