24 oct 2008

El reloj

Paul Tregadis era un hombre que coleccionaba objetos antiguos. Un hermoso día de primavera entró en una tienda de antigüedades de la avenida Strugarts. Saludó al dueño y se sumergió en la habitación dedicada a objetos del siglo XVIII. Recorrió lentamente cada una de las estanterías, hasta que tropezó con una madera floja y varias estanterías comenzaron a caer en efecto dominó.
Distraídamente comenzó a gatear. Paul Tregadis encontró el cristal lechoso entre un montón de cachivaches de todas las épocas, tomó la antigüedad y la observó. El objeto era como del tamaño de una naranja pequeña ligeramente aplastada. Creyó que tal vez provenía de algún país de Europa. Quiso incorporarse, y colocó el extraño objeto sobre una mesa. Se puso de pie y se golpeó la cabeza con una campana de oro.
Tregadis, aturdido y maravillado, se encontró ante la mesa donde había puesto la achatada esfera. La tomó y quiso colgársela del cuello. Caminó silenciosamente y de repente la cadena de ajustó contra su cuello, ahorcándolo lentamente... Tres meses después del incidente, nadie parece saber nada de él y su misteriosa muerte.

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