15 abr 2009

Cronicas... cap 13, parte 1

Cáp. 13: La ruptura.

A medianoche, Hadda y Shusei estaban hablando en el mundo mental de ésta sobre la “invitación” de Caelum Sanguis.
- Tienes que decidirte Hadda, Shinji quiere atacar y ya no puedo retrasarlo.
- ¿Cómo que ya no puedes? ¡Apenas pasaron cuatro días!
- Por eso mismo, Shinji pensaba atacar hoy mismo, pero logré retrasarlo. Si no te nos unes para pasado mañana atacará.
- ¡¡Qué!! ¡Tan pronto! Pero... pero... hay no...
- Créeme, le puse muchos peros... “debe estar recuperándose, es indecisa”...
- No hay problema Shusei- lo interrumpió- se que hiciste lo que pudiste... se que ahora depende de mi...- bajó la mirada, se sentía asfixiada, atrapada entre cuatro paredes que se sierran poco a poco.
Tenía la mirada perdida en el infinito piso oscuro y, por primera vez, Shusei le demostró su afecto: le acarició suavemente la mejilla.
- No te desesperes. Creo que sabrás lo que debes hacer.
Ella lo miró- Ese es el problema Shusei, se lo que debo hacer, y también se lo que quiero, la cosa es que ambos no coinciden.
- ¿He? A veces no entiendo lo que dices Hadda.
- Si, lo se... verás, DEBO quedarme en la aldea y luchar para protegerla; pero QUIERO proteger a las personas que quiero y que no sufran.
- ¿Y entonces cual es el problema? Si ese es tu dilema, entonces aquí tienes la solución: quédate.
- ¡No! ¿No lo entiendes? Si me quedo, Shinji atacará y aunque pelee todos morirán.
- Entonces únetenos.
Ella suspiró. Shusei le había dicho con total naturalidad la respuesta que ella estaba buscando. Debía unirse a Caelum Sanguis, pero aún no estaba segura. Una neblina empezó a llenar todo el lugar, reduciendo mucho la visibilidad; aún así podía ver a Shusei, que estaba a menos de un metro de ella. Comenzó a temblar y todas las puertas blancas comenzaron a dar vueltas rápidamente por todos lados. Shusei se le acercó más y la tomó de los hombros.
- No te desesperes, cálmate.
- Peor... es que... ¡¡No se que hacer!!- gritó muy fuerte, aturdiendo a su primo. Despertó bruscamente, agitada. Cuando se calmó miró alrededor, por un momento había olvidado en donde estaba.
- Hadda, que sucede?
- ¿He? Oh, no es nada Kaichi, estoy bien.
- Pero acabas de despertar gritando.
- Ham... fue solo un mal sueño.
Kaichi estaba a punto de hablar, era obvio que no le había creído, cuando alguien abrió la puerta del dormitorio.
- Papá, que fue ese grito?- Kaori se asomó, pero solo vio a su sensei cuando entró por completo, ya que ésta intentó ocultarse- ¡Hadda!
Los dos jóvenes se quedaron helados, pero, para su sorpresa, el chico, algo ruborizado, les sonrió y se fue, luego se escuchó su voz desde la habitación contigua:
- ¡Disculpen!
Kaichi suspiró aliviado, pero Hadda seguía con la cara tapada con la sabana.
- No seas tonta- ella se destapó los ojos- este pequeño incidente no te salva de mi pregunta, ¿qué te pasó?
- Ya te lo dije, un mal sueño- mintió ella aún tapada con la sabana.
- Si, claro...- él la miró, sabía que estaba mintiendo, pero aún así no la molestó más y se recostó a su lado- Vuelve a dormir, si?
Ella asintió y en unos minutos él ya se había dormido de nuevo, pero Hadda tardaría al menos una hora en dormirse nuevamente.
Mientras tanto, Shusei intentaba explicarle a su compañero de cuarto, Kasuya, porque había despertado tan bruscamente y gritando. Es que él había sido despedido de la mente de su prima.
- Explícate, ¡que rayos estabas haciendo!
- Ya sabes que tengo la habilidad de entrar en mentes ajenas.
- ¡Si, y que con eso!
- Fui expulsado de la mente en la que estaba, es todo. “En realidad estaba tan perturbada que me expulsó inconscientemente”.
- ¡Y en la mente de quien estabas!
- Eso, Kasuya, no es algo que te incumba, no eres mi jefe.
Kasuya lo tenía agarrado del brazo, por lo quy Shusei se soltó bruscamente y salió de la habitación. Comenzó a caminar por el pasillo mirando el techo, siempre había querido que su prima fuera feliz, pero eso se estaba volviendo cada vez más difícil. Respiró profundo, lo mejor sería salir de la vida de Hadda y dejar que ella cumpla con su destino, fuera cual fuera.


Al día siguiente, Hadda despertó casi dos horas después que Kaichi y Kaori. Cuando entró en el comedor, padre e hijo estaban sentados frente a frente, obviamente Kaichi le había estado aclarando ciertas cosas a su hijo. En cuanto los saludó, el pequeño le dijo con una sonrisa:
- Ahora entiendo porque siempre llegas tarde.
- ¿He? De que hablas?
- Duermes mucho... llegas tarde a todos lados porque te quedas dormida.
- Jeje puede ser...- se sentó a la mesa, se había despertado sin razón, por lo que seguía con sueño, ni siquiera tenía mucho ánimo para desayunar.
- Kaori, hoy comenzaremos de una vez por todas tu entrenamiento, si.
- Claro Hadda- el chico se levantó y le llevó el desayuno- debes desayunar bien, sensei.
- Gracias Kaori, pero no tengo hambre.
- Debes comer bien Hadda, aún estás recuperándote de la herida que te hizo Kasuya- la regañó Kaichi. Ella lo miró y estaba a punto de hablar cuando él continuó-, y no me digas que ya estás bien, porque vi tu herida y no está del todo curada.
Ella lanzó un resoplido, como quejándose, luego miró su desayuno y luego de unos minutos comenzó a comer. Ninguno de los tres habló, hasta que ella terminó y se levantó.
- Bien, debemos irnos Kaori, la invocación toma tiempo.
- Yo estoy listo.
Ambos se dispusieron a salir, pero Kaichi los detuvo.
- Espera Hadda, ¿A dónde irán?
- No te preocupes, Kaori volverá al atardecer.
Se miraron a los ojos- Se que él volverá, lo que me preocupa es si tu lo harás.
Ella no respondió, simplemente dio media vuelta y se fue. Pero cuando salió de la casa con Kaori, los ojos de Toki la estaban siguiendo.

En la Cascada del Desafío, Hadda postró delante de Kaori un enorme pergamino de la misma altura que el chico.
- Bien Kaori, el primer paso para la invocación es el pacto de sangre. Debes escribir tu nombre con sangre en el pergamino correspondiente y si no lo haces, la invocación no funciona.
- Entonces... ¿debo escribir mi nombre en este pergamino?
- Exacto. Recuerdas que Shinji dijo que creía que la invocación de serpientes había muerto con Genji?
- Si, pero no entendí lo que quiso decir.
- Verás, la invocación de serpientes es un antiguo arte ninja casi muerto, pero que Genji-sama revivió y enseñó a sus mejores súbditos. Como Genji-sama murió hace algunos años, muchos creyeron que sus invocaciones volverían a perderse en el tiempo.
- Espera... ¿tú fuiste súbdita de Genji?
- Lamentablemente si, fue poco tiempo, pero en ese tiempo me enseñó muchas cosas.
- ¿Y él te dio el pergamino?
- No, claro que no. Cuando Ikkyo lo mató y yo sallé su alma, me robé el pergamino, de otra forma se lo hubiera quedado Ikkyo y el legado de maldad de Genji-sama no se hubiera detenido.
- ¿Legado de maldad?
- Si. Escucha Kaori, yo te enseñaré la Invocación de Serpientes porque, como le dije a Shinji, ese arte no morirá con migo: yo te lo enseñaré y te daré el pergamino, cuando tu seas Kyosho se lo enseñarás a tu aprendiz, si es que así lo consideras, y él lo se lo enseñará al suyo, y hasta el fin de los tiempos, o por lo menos hasta el fin de los ninja.
- Pero... ¿Qué pasará si no encuentro al aprendiz indicado?
- Lo encontrarás, te lo aseguro.

- ¡Kazuo-sensei! ¡¡Kazuo-sensei!!- Toki golpeaba casi desesperado la puerta de la casa de su maestro y estaba por salirse de sus casillas cuando la puerta se abrió.
- Cálmate Toki, que te sucede...- le dijo el hombre con su habitual calma y con voz de dormido.
- ¿Hadda pasó la noche en casa?
- He... No, no volvió a dormir anoche.
- ¡¡Que!! Entonces... no puede ser!! Pero... HAAAA!!
- ¿Toki que rayos pasa? Que problema hay con que Hadda no haya dormido aquí anoche, quizás estuvo en una misión.
- Si, en una misión en la casa de Kaichi- contestó enojado.
- ¿Qué? ¿Quieres decir que Hadda pasó la noche en la casa de Kaichi?- Toki asintió- Bueno, ella sabrá lo que hace.
- ¡¡Que!! ¡Esa es tu respuesta!
- ¿Y que quieres que diga? Hadda ya es mayor y sabe lo que hace.
- No estoy de acuerdo con eso, Kazuo- los interrumpió otra voz. Kaichi se les acercó- Hadda está en problemas, tenemos que ayudarla.
- ¡Que haces aquí! ¡Hadda de seguro tiene problemas por tu culpa!
- Deja de decir tonterías Toki, que tiene que ver...
- ¡¿Qué tiene que ver Hadda con tigo?! ¡Veo que ya olvidaste lo que pasó anoche!
- ¡Cállate y escúchame idiota!- le gritó Kaichi, golpeándolo en la cabeza- Estoy ablando de Caelum Sanguis, no de...! ¡De Caelum Sanguis!
- Oigan, dejen de discutir, si- se interpuso Kazuo, porque Toki estaba por hablar y de seguro se le tiraría encima- Kaichi, explícate.
- Hadda va a unirse a Caelum Sanguis y va a hacerlo hoy mismo.
- ¡¡Que!!
- Lo que escucharon. Se fue a entrenar con Kaori, pero no se a donde fueron, no va a perder tiempo, ¡va a unírseles!
- Entonces nosotros podemos perder más tiempo, debemos encontrarla!
- Muy bien, tu lo dijiste Toki, debemos encontrarla y detenerla- el hombre tomó una kunai y se lastimó la yema del pulgar hasta que salió un fino hilo de sangre. Luego esparció su sangre por las de sus dedos mayor e índice, sobre los pequeños kanjis tatuados. Luego hizo la posición del fuego, la de la tierra y llevó sus manos al piso- ¡Invocación!
Tres sabuesos aparecieron de la nada. Llevaban puestas bandas de la Aldea del Fuego blancas. El más pequeño de ellos, un Beagle comenzó a hablarle a Kazuo como si nada:
- ¿Qué ocurre Kazuo?
- Mi hija, deben encontrarla. Kobe ve con Toki, Nanju irás con Kaichi y Toei, conmigo.
Los dos perros, un Afgano y un Sabueso de San Humberto ladraron en forma de respuesta.
- Bien, si la encuentran, avisen por el transmisor, si?
- Claro- contestaron los dos jóvenes al unísono y ambos salieron corriendo velozmente junto a los perros.
Kazuo miró a Toei- llévame a ella.
El sabueso asintió y ambos partieron en otra dirección.


...continuara...

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