cap anterior:
- ¡No! ¡Hadda! ¡Vuelve, no te...!- el chico miró a Kaori, se acercó a él y cuando estaba por tomar el pergamino que había dejado Hadda apareció Kaichi- Cuando llegué ya estaba aquí, él...
- Se que Kaori está bien, ¡¿Dónde está Hadda?!
- Se fue hacia...
- ¡Que estás esperando!- lo interrumpió- ¡Ve y síguela, cuando Kazuo llegue te alcanzaremos!
- Pe-pero...
- ¡¡Toki!!
- ¡Ha! ¡Si, claro!- y sin decir más se fue, siguiendo los pasos de su amiga.
Kaichi se quedó mirando en esa dirección, él no había podido detener a Hadda, Kaori tampoco, pero quizás su mejor amigo sí.
Cáp. 14: La pelea de las lágrimas.
Toki seguía de cerca de Hadda, pero no podía alcanzarla, la chica era rápida, ágil y esquivaba todo lo que él le lanzaba para detenerla, por lo que el chico envió Aura a sus pies para aumentar su velocidad y así alcanzarla. Cuando la chica bajó un poco la guardia sin darse cuenta, Toki se abalanzó sobre ella, haciendo que ambos cayeran del árbol y chocaran fuertemente contra el suelo. Toki cayó sobre Hadda, pero cuando éste la miró se desvaneció dejando atrás una nube de humo.
- ¿Por qué me sigues?
El chico se dio vuelta y se puso de pie- ¿Por qué te sigo? Tú sabes porque lo hago.
- Es inútil que me sigas Toki, a donde voy, tú no puedes ir.
- ¡No pretendo ir contigo! ¡¡Voy a detenerte!!
Ella suspiró profundo y dijo, con la mirada baja- No puedes detenerme, es una decisión tomada.
- Voy a detenerte, no importa lo que tenga que hacer!!
Al escuchar la frase la chica subió la mirada y lo miró a los ojos: los ojos celestes de su amigo no podían ser más transparentes; reflejaban todo el enojo, dolor, desesperación y desilusión que sentía. Como siempre que sabía que todo terminaría con una batalla, Hadda suspiró profundo con los ojos cerrados, miró al chico a los ojos y simplemente dijo:
- Entonces adelante, solo quiero decirte que no quiero lastimarte...
- ¡Si no quieres lastimarme, quédate!
- No puedo...
- ¡Entonces yo haré que te quedes!
Y sin decir más se lanzó hacia ella. Hadda esquivó como si nada el ataque. Entonces Toki hizo la posición del fuego y gritó:
- ¡Clones Múltiples de Humo!- cientos de clones aparecieron, rodeando a Hadda y de a tres o cuatro fueron atacándola, pero ella no se desesperó para nada y esquivó todos los ataques, al mismo tiempo que hacía desaparecer lo clones. En pocos minutos todos se esfumaron, al igual que Toki. Hadda resopló y dijo tranquilamente:
- Ya te dije que no quiero lastimarte... no me obligues...
- ¡Nadie te obliga a nada! ¡Tú eres libre de hacer lo que quieras!
La voz de Toki se escuchó en todos lados, por lo que Hadda supo que se había mimetizado con el viento y solo tuvo una opción: hizo la posición del viento (puños cerrados, brazos cruzados sobre el pecho), luego la de la arena (igual que la anterior pero con los dedos índice y mayor de ambas manos estirados) y dijo:
- ¡Control de la Arena!- un montón de arena comenzó a girar alrededor de todo su cuerpo, como si fuera agua- ¡Explosión de Arena!- con un brusco movimiento de brazos toda la arena salió disparada en todas direcciones a una gran velocidad.
Los filosas granos de arena golpearon a Toki, obligándolo a volver a la normalidad. El chico se solidificó en medio del aire y cayó fuertemente al suelo. Inmediatamente Hadda hizo la posición de la tierra (palma con palma) y golpeó fuertemente el piso con el pie diciendo:
- ¡Esposas de Tierra!- la tierra rodeó las muñecas y tobillos de Toki, atándolo al suelo- Te dije que no quiero lastimarte.
- ¡No tenía idea que habías desarrollado el control de tu ascendente!- dijo él en forma de respuesta- Si no quieres lastimarme, porque me atacas y ahora me inmovilizas.
- Eres un clon, porque explicarte- al decir esto el clon de Toki desapareció y el verdadero apareció detrás.
- Ese era un clon, pero yo recibí el ataque; si no quieres lastimarme, porque atacas?
- Lo lamento- hizo una pausa- Toki, entiende que no puedes detenerme, debo irme, no hay otra opción.
- ¡Mientes, siempre hay más de una opción! Tienes el poder que puedes desear en la Aldea, ¿Por qué irte con esos traidores? ¿Qué te darán ellos que la Aldea no?
- No lo entiendes... no es lo que me darán, es lo que harán...- volvió a hacer una pausa. Miró de reojo a su izquierda, hacia el río, había alguien escondido en los árboles. Era una presencia conocida, pero estaba acompañada de otra que no parecía muy buena. Suspiró profundo y miró a Toki- bien, supongo que no hay opción...- abrió su porta pergaminos, sacó la bandana negra con el símbolo de una nube y se la puso en la frente. Volvió a mirar a su amigo con una maliciosa sonrisa- si peleamos, lo haremos como los ninjas excepcionales que somos- dijo, al mismo tiempo que señalaba su banda con su pulgar.
- ¡Quítate esa cosa y ponte la del fuego! ¡Si peleamos, pelearemos como iguales, como ninjas del fuego!
- Aunque me ponga esa bandana no seremos iguales, ahora soy una desertora del Fuego y aunque no lo fuera, soy superior a ti- dijo en forma de respuesta.
Toki quedó helado ante la respuesta de su amiga. Nunca la había escuchado hablar así y sus ojos estaban opacos, era imposible ver a través de ellos como normalmente podía hacerlo; su amiga le había cerrado completamente la mente para que no descubriera que le estaba pasando.
Tan distraído estaba que apenas se dio cuenta de que la chica venía hacia él con su mano derecha rodeada de Aura. Intentó moverse, pero no pudo, sus músculos estaban duros, paralizados. Entonces recibió el terrible golpe de Hadda en el centro del estómago, pero no fue el golpe que él esperaba, fue un golpe normal, no de Aura. Y entonces recordó que la mano derecha de Hadda no podía producir Aura, porque era una mano mecánica. Escupió un poco de saliva y miró confundido a la chica, que con una simple frase, dicha en un susurro, le explicó todo:
- Están espiando- y entonces lo golpeó en el hombro con su mano izquierda, y ese sí fue un golpe de Aura. Toki salió disparado unos metros hacia atrás.
- ¿Qué fue eso?- dijo la tranquila y fría voz de Shinji.
- Un golpe de Aura- respondió Shusei. Ambos miraban la batalla desde un árbol a orillas del río.
- Me refiero al del estómago.
Shusei lo miró, fue un golpe normal, pero lo hizo pasar por un golpe de Aura- Ambos fueron golpes de Aura- mintió- ¿Qué no lo viste con tu...?
- No- se apresuró a contestar- vi el golpe en el hombre, pero...- volvió a mirar a los jóvenes que peleaban cuerpo a cuerpo- no veo Aura en su brazo derecho.
- No lo vez porque ese brazo es mecánico, no produce Aura.
- ¿Pero como...?
- Lo hace funcionar como a una marioneta. Ella envía Aura desde sus venas de Aura a los contactos electros nerviosos de su brazo para poder moldear y utilizar el Aura con ese brazo como si fuera normal.
- Oh... interesante.
Shusei volvió a mirar la batalla. Hadda y Toki peleaban cuerpo a cuerpo, pero sin inflingirse mucho daño, o al menos Hadda intentaba hacerlo, ya que Toki no lograba golpearla.
- ¡Aaaa!- Toki se tambaleó un poco- ¿Por qué usas ese estilo de lucha?
- ¿Te refieres a los Golpes de Aura? Es algo que aprendí hace tiempo.
- Si, de tu novio, Kaichi, ¿verdad?
- ¿De que hablas?
- Te vi salir de su casa hoy por la mañana.
- ¿Y eso que tiene que ver? Fui a buscar a Kaori, es todo... Kaichi no es mi novio, nunca lo fue.
- Nunca lo fue porque no quisiste... ¡pero tú dormiste con él!
- ¿¡Pero que...!?
- Creí que éramos amigos... pero veo que solo yo creí en eso- bajó la mirada.
- ¡¿De que hablas?! ¡Tú eres mi mejor amigo!
- Tu... mejor... a-amigo?- el chico levantó la vista, sus ojos celestes estaban llorosos, su voz temblaba al hablar, pero aún así el poderoso Aura del kyuubi comenzó a rodearlo- ¿Me consideras tu mejor amigo?
- No lo considero, se que es así.
- En-entonces... porque...- un fino hilo de sangre salió de su labio inferior, que estaba partido. Él limpió la sangre con su pulgar y luego la pasó por las yemas de sus dedos índice y mayor, en donde estaban los pequeños tatuajes del fuego que todos los ninjas del país poseían- Porque haces esto...- hizo la posición del fuego y luego la del viento y llevó sus manos al suelo- ¡Invocación!- una enorme nube de humo lo envolvió y cuando se dispersó apareció sobre un enorme sapo con una enorme bandana del fuego en el lomo.
- No... to-Toki... no entiendes... yo solo... solo... ¡Eres mi amigo y quiero protegerte!
- Amigo... protegerme... ¡¡Entonces demuéstralo!!
Hadda respiró profundo, tomó una kunai y se cortó la yema del dedo mayor. Luego esparció la sangre hasta la muñeca, hizo la posición del fuego, la de la tierra y llevó las manos al suelo. También la envolvió una nube de homo, pero cuando ésta desapareció la chica estaba encima de la cabeza de La Reina de las Serpientes, eterna enemiga del Emperador de los Sapos, la invocación de Toki.
- No quería llegar esto... Toki, sabes que si ellos dos se enfrentan, no saldremos bien parados.
El chico no contestó, no se movió, solo la miró. La serpiente y el sapo se miraban con odio y se resoplaban mutuamente, como para ver quien despedía más aire...
- Parece que al fin cenaré ancas de rana.
- Más bien, creo que mañana La Reina tendrás una nueva cartera de piel de serpiente.
- Al fin enfrentados... después de tanto tiempo de tregua forzada.
- Cállate serpiente- le ordenó Hadda. La Reina solo le obedecía a ella, y a duras penas- Escucha, que Toki y yo estemos enfrentado no quiere decir que puedas hacer lo que quieras en esta batalla, si.
La serpiente siseó en forma de respuesta. Pero al parecer Toki no estaba de acuerdo con que fuera una batalla liviana, ya que ambos (el chico y el sapo) se dirigieron hacia ellas con rapidez. Toki saltó y se dirigió hacia Hadda con un puño rodeado de Aura. El chico la golpeó en el estómago, pero al instante ella se hizo humo y él aterrizó sobre la cabeza de la serpiente.
- ¡Cuidado Toki, esa serpiente también es un clon!
- ¿Qué...?- y antes de darse cuenta estaba de vuelta en el lomo del sapo, rodeado del humo en que se había convertido la serpiente- ¡¿Dónde están?!
- Toki, ¿Qué electos controla Hadda?
- Ham... fuego y tierra.
- Entonces puede que...
Pero antes de que pudiera terminar la frase, el piso comenzó a temblar y la voz de Hadda resonó en todos lados.
- ¡Emboscada Subterránea!
La serpiente y la chica salieron de debajo de la tierra. La primera envolvió al sapo con su propio cuerpo, como para estrangularlo, mientras que Hadda hizo que Toki cayera del sapo. Pero no lo dejó caer normalmente, sino que comenzó a hacerle un combo de golpes en el estómago.
- Ichi, Ni, Sam, Shi, Go...- luego lo terminó con una fuerte patada en el costado- ¡Jigoku Rendan!
La patada lateral mandó a volar a Toki, el cual, cuando cayó al suelo, siguió raspando y cayó al río. Hadda se paró enfrente de él y, dirigiéndose a la serpiente dijo:
- ¡Desaparece!
- Muy bien...- respondió el animal- pero tu vendrás conmigo, sapo.
...continuará...
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