14 abr 2009

Cronicas... cap 12, parte 2

en el cap anterior:
- Entonces... ¿Qué harás con Caelum Sanguis?
- ¿He? ¿A que te refieres?
- ¿Te les unirás o no?- ella lo miró, como buscando una explicación- ¿Vas a hacer lo que tienes que hacer o lo que quieres hacer?
- En ese caso Kaori, la cosa no es “tener-querer”, es deber y corazón... lo que dicta el código y lo que dicta mi corazón.
- ¿Y que vas a elegir? ¿El deber o el corazón?
Ella lo miró y se perdió en sus ojos verdes- No lo se...


..................................................................................

Unas horas más tarde ambos caminaban tranquilos por una de las calles más silenciosas de la aldea. Ya era de noche y Hadda había querido acompañar a Kaori hasta su casa. Se detuvieron ante una pequeña casita de dos pisos, se saludaron, Hadda le recordó la hora que se verían al día siguiente para entrenar y ella siguió caminando muy despacio, como le era costumbre. Kaori estaba por tomar el picaporte cuando la puerta (corrediza) se abrió de golpe: la madre de Kaori, una mujer de unos treinta años, de cabello negro, corto y completamente recto y prolijo de ojos color miel y mirada severa salió de dentro de la casa y comenzó a gritarle.
- ¡Que horas son estas para llegar a tu casa! ¡Hace más de dos horas que es de noche, quien te crees que eres!
- Mamá... soy un ninja, ¡se cuidarme solo!
- ¡Tu no eres un ninja, solo eres un niño pequeño e indefenso! ¡No puedes andar por ahí solo!
- El no vino solo- interrumpió Hadda, apareciendo detrás de Kaori- ha estado con migo desde temprano y yo lo acompañé hasta aquí.
- ¡¿Y tu quien eres?!- preguntó la mujer de mala forma.
- Soy Gintama, Hadda Gintama, y soy la sensei de su hijo, que por cierto, es perfectamente capaz de cuidarse solo.
- ¡Oh! ¡Así que tu eres la FAMOSA Hadda Gintama!- dijo irónicamente, ignorando el comentario de la chica sobre el niño.
- ¿Famosa? ¿Así que ha oído hablar de mí?
- ¡Ja! ¿¡Si he oído sobre ti!? ¡Mi esposo no paraba de hablar de ti, ya me tenía harta! ¡Dime, que le interesa a un niño de tres años las historias de una chica asesina! ¿¡He!?
- ¡¡Ella no es una asesina mamá!!- saltó Kaori, antes que su sensei- ¡Ella es una ninja, una de las mejores kunoichis de la Aldea!
- Ninja, kunoichi, shinobi... cómo sea, para mi son todos asesinos, y mi hijo- tomó a Kaori bruscamente del brazo y le sacó la bandana de la frente- no será un asesino.
- ¡Hay! Mamá, me lastimas, ¡suéltame!
- ¡Vete a tu cuarto y no salgas!
Intentó tirarlo hacia adentro de la casa, pero Hadda la detuvo, colocando sus dedos índice y mayor izquierdos en su frente, amenazadoramente.
- Suéltelo- ordenó, y como la mujer no hizo caso, activó su Jigokume, para demostrar que hablaba enserio-. Suelte a Kaori, ahora.
La mujer quedó helada, soltó a Kaori y dejó caer la bandana del chico. Él la tomó, se alejó de su madre y se pegó a Hadda, en demostración de miedo hacia su madre y afecto maternal a su sensei. Hadda dejó de apuntar a la mujer, pero no desactivó su Jigokume.
- No puede prohibirle que sea un ninja, está en su sangre.
- ¡No me importa! ¡Es solo un niño!
- ¡Kaori no es un niño! ¡Es un ninja! ¡Un gran shinobi al que respeto como a un igual! ¡Él no es un niñito indefenso, es un guerrero con un gran sueño y usted no va a impedir que él cumpla con ese sueño!
- ¡Tu no eres nadie para decirme lo que puedo y no puedo hacer con mi hijo!
- ¿Ha no? Entonces mírelo de esta forma: si quería tener un hijo que fuera un simple niño... lo hubiera pensado antes de acostarse con el ninja genio del Clan más poderoso de la Aldea!!
- ¡Ha! ¡¿Cómo te atreves?!- hizo un extraño movimiento, como queriendo tomar el brazo de Kaori- Dame a mi hijo!
- No- Hadda se interpuso- no permitiré que le impida hacer lo que él quiere.
- ¡Pero...! Kaori, ven, entra a casa!
- No madre, no voy a entrar- contestó él, con voz tranquila, su madre lo miró decepcionada- quiero ser un ninja, no un niño.
- ¡Pero que dices! ¡Solo tienes nueve años! Debes estar con migo, tu mamá, no haciendo cosas extrañas por ahí.
- ¿Mamá? Tu no eres mi mamá, solo eres la mujer que me tuvo dentro suyo... tu nunca me felicitaste por mis logros, no te pusiste feliz cuando me convertí en Deshi, cuando cumplí mi primera misión de rango B, cuando te dije que iba a entrar al examen Chimu... una madre no es así... ¡¡tu no eres mi madre, eres solo una mujer que me tuvo dentro suyo!!
Y dicho esto salió corriendo, con lágrimas en los ojos.
- ¡¡Kaori!! ¡Vuelve a donde vas!
- Déjelo, él no va a volver, irá a vivir con su padre y no espere su regreso... porque le es un ninja y un ninja no puede ser esclavo de nadie... ni siquiera de su propia madre.
Y dicho esto salió corriendo a buscar a Kaori, dejando a la mujer en el umbral. Pero luego entró su casa, serró la puerta y no volvió a ver a su hijo.
- ¡Kaori espera!- Hadda lo atajó justo a tiempo, ya que estaba por caer del techo por el que iba- Cálmate.
- La odio... ella no es mi mamá... nunca lo fue, nunca... nunca lo será...
- Si, lo se Kaori- se arrodilló a su altura y le secó las lágrimas- Vamos, te llevaré a la casa de tu padre.
El niño asintió. Hadda lo cargó en su espalda y en pocos minutos estaban en la casa de Kaichi, en el barrio Kamakura. Apenas vio los ojos de Hadda por el mirador el joven abrió la puerta bruscamente.
- ¡Hadda, que pasó!- ella no contestó, solo entonces vio a su hijo, dormido en la espalda de la chica- ¿Kaori? ¿Pero que...?
- Debemos acostarlo, después te explico.
Kaichi acostó al chico en una cama de una pequeña habitación que tenía guardada sólo para él, se sentaron frente a frente y preguntó:
- ¿Fue su madre, verdad?
- Si, fue ella... y Kaori está decidido a no volver, pero... debes decirme la verdad Kaichi.
- ¿De que hablas?
- Vamos... tu tienes veintinueve, Kaori nueve... las cuentas no me sierran muy bien Kaichi... Kaori me dijo que tu y su madre tuvieron que casarse a la fuerza, pero se que no le contaste toda la verdad...
- Sí, así es, pero no te preocupes, voy a decirte todo...- serró los ojos, tomó aire y comenzó-. Meses después de que te fuiste, llegaron a la aldea un grupo de refugiados del País de la Garra, necesitaban protección por lo que Keiichiro-sama asignó a nuestro equipo para su custodia.
- ¿Te refieres a Kei, Rock Lee, Suki y tu?
Kaichi asintió- La madre de Kaori era una de esas refugiadas y al principio no involucré la misión con los sentimientos, pero ella... ella no lo entendía así, estaba todo el tiempo atrás mío, no me dejaba en paz ni un segundo.
- Hasta que caíste, ella te venció.
- Así es, ella me ganó y bueno... nos pusimos de novio- hizo una pausa-. Pero entonces me enteré de porque ella estaba refugiada: ella era descendiente de un antiguo y poderoso Clan ninja del País de la Garra que permanecía en secreto, ella odiaba a los ninjas, porque su padre había estado en la última Guerra Ninja y no le había ido muy bien, por lo que sus padre jamás le dijeron que poseía un kekkei genkai.
- ¿Y entonces fue cuando te interesó más, no?
- Así es. Casi dos años después el padre de hinata murió en una misión, por lo que ella heredó el liderazgo del Clan, pero ella no lo quería y me lo ofreció a mí, que como su primo podía aceptarlo, pero había un problema.
- ¿El sello?
- Si y no. Como yo poseía el sello no podía heredar el Clan directamente, tenía dos opciones: romper el sello o tener descendencia.
- Déjame adivinar lo que sigue... quisiste tener un hijo con la madre de Kaori para que tu kekkei genkai se fortaleciera y así podría vencer el sello que tu posees, ella por supuesto aceptó o ni siquiera se enteró y nueve meses después nació Kaori.
- Si, así fue... ella no se enteró, bueno por lo menos hasta el segundo mes de embarazo- hizo una pausa- cuando faltaban dos meses para el nacimiento de Kaori sus padres me obligaron a que me casara con ella y no pude negarme.
- ¿Por qué te obligaron? ¿Y por qué no pudiste oponerte?
- Nos obligaron porque ellos querían asegurar la descendencia de su línea sucesoria y porque si yo me casaba con su hija serían ciudadanos oficiales de la Aldea del Fuego y dejarían de perseguirlos; y no pude negarme porque me amenazaron con irse con Kaori lejos de aquí, y no podía permitir eso, no podía permitir que mi hijo estuviera alejado de mi para siempre.
- ¡¡Eso hicieron!! ¡De donde vengo eso se llama extorsión!
- Si, lo se, pero no tuve otra opción.
- ¡Pero te casaste con una persona a la que no querías de verdad!
- Si, pero supongo que debí haberlo pensado antes de tener un hijo con ella.
- Oh, Kaichi...- iba a decir algo, pero no lo hizo. Iba a decirle algo que le habían dicho muchas veces a ella: “no seas tan duro con tigo mismo”, pero luego recordó que ella nunca le había hecho caso y sentía que no quedaría muy bien decir algo a lo que ella nunca había prestado atención. Bajó la mirada, Kaichi se puso de pie y ella clavó la vista en la bandana de Caelum Sanguis que tenía en la mano.
- ¿Qué vas a hacer?
- ¿He?- la pregunta de Kaichi la desconcertó.
- Con Caelum Sanguis, ¿qué vas a hacer?
- Ham... no lo se...
- ¿No lo sabes? Creo que nunca te había escuchado decir eso.
Hadda permaneció callada unos minutos, pero luego se levantó y comenzó a caminar hacia la puerta, pero Kaichi la detuvo tomándola del brazo. Ella se dio vuelta, pero no tuvo tiempo de reaccionar: él la besó. Luego de unos minutos se separaron.
- ¡Kaichi, que haces!
- Perdona, es que...
- ¡Estás casado, no puedes...!
- Pero estoy cansado de hacer lo que debo, quiero hacer lo que quiero.
Ella lo miró a los ojos- Es verdad.... yo... yo también quiero hacer lo que quiero... pero...
No terminó la frase, simplemente se acercó a él y volvieron a besarse, pero vez terminaron en la cama...

Cáp. 13: La ruptura.

No hay comentarios: