en el cap anterior:
Pasada la medianoche de la segunda noche en el hospital, con insomnio, recordó que Kaori no le había dado la banda de Caelum Sanguis y entonces la vacilación volvió a su mente. ¿Qué debía hacer? ¿Qué debía elegir? ¿Qué era más importante para un ninja? ¿Honor o amistad?
Cáp. 12: Corazón vs deber.
Kaori salía del hospital con paso tranquilo, con las manos en los bolsillos y con la mirada perdida en el diseño de los mosaicos del piso. No le habían permitido ver a Hadda, aunque él sabía que ya estaba recuperada, le habían puesto excusas tontas, pero eso no bastaba para él, necesitaba hablar con ella, debía continuar con su entrenamiento y debía preguntarle algo sobre lo que había pasado hacía ya cuatro días.
De repente sintió una chillona voz de chica que lo llamaba y lo distrajo de sus pensamientos:
- ¡Kaori-kun! ¡Kaori-kun!
El chico levantó la vista: era Akiko, una vez más se dirigía a él como una avalancha de emoción. Él la miró con su peor cara, pero ella no se percató de nada e intentó abrazarlo. Esta vez, Kaori usó la sustitución y se reemplazó con una almohada.
- Déjame en paz Akiko, no estoy de humor.
- ¿He? Pero Kaori-kun yo...
- ¡Ya déjame en paz! ¡No te das cuenta que lo único que haces con esas actitudes estúpidas es empeorar mi humor!- la chica intentó hablar, pero él no la dejó- Vete a entrenar con Mei, lo necesitas, más que todos, ¿no te das cuenta de que lo único que haces en las misiones es mirarme embobada? ¡Deja de mirarme por un rato y concéntrate en lo que importa! ¡Puedes ser inteligente, pero no es lo único que cuenta! ¡Eso es lo que menos cuenta! ¡Si no tienes valor, si no tienes habilidades, la inteligencia no te sirve de nada, porque sin valor y habilidad estás muerta! ¡MUERTA AKIKO! ¡ENTIENDES! ¡¡El lindo peinado y la ropa bonita no te sirven si estás muerta!!
La chica abrió los ojos de par en par, los tenía llorosos- Kao...
- ¡Llorar tampoco sirve!- le gritó y se fue.
Cerca del anochecer, Kaori estaba sentado en el techo de una de las torres de observación del volcán, la brisa soplaba suavemente y las luces de la aldea estaban prendiéndose. Tenía la bandana de Caelum Sanguis en la mano y la miraba, preocupado e intrigado.
- ¿Buena vista, no crees?
Se sobresaltó y miró hacia atrás, su sensei lo miraba con una sonrisa. Se sentó a su lado, él escondió la banda y le preguntó:
- ¿Cómo supiste que estaba aquí?
- Porque somos parecidos Kaori y yo siempre vengo acá cuando tengo que pensar.
- ¿Aquí?
- je, si aquí... ¿no es una hermosa vista?
- Si, lo es... de aquí la aldea se ve pequeña... se ve...
- Indefensa- terminó ella, el asintió- me encantaría poder protegerlos, a todos.
- ¿Proteger a la aldea? ¿Quieres ser Hikokuo?
Ella lo miró- Me gustaría, pero ser Hikokuo no es para mí.
- ¿Por qué dices eso? Eres la mejor ninja que conozco.
- je, aún te faltan muchos ninjas por conocer Kaori- él estaba por hablar, pero ella continuó- ser Hikokuo no es mi sueño, es el de otros y no voy a robarles ese sueño. Solo estoy diciendo que me gustaría ser Hikokuo, como me gustaría hacer muchas otras cosas.
- Entonces... ¿Cuál es tu sueño?
- Yo ya no tengo un sueño Kaori, lo cumplí hace tiempo y desde entonces solo quiero algo: vivir en paz.
- ¿Y cual fue ese sueño, el que cumpliste?
- Es difícil de explicar Kaori. Verás, desde que tenía tu edad hasta cuatro meses antes de cumplir dieciocho tuve un objetivo fijo, un sueño; quería alcanzar ese sueña porque estaba inmersa en una pasadilla y logré alcanzarlo, cumplí mi objetivo, la pesadilla se convirtió en un sueño, pero no fue tan bueno como creí... por suerte aún me quedaban mis amigos... entre ellos tu padre.
- Mi padre... él y tu...- ella lo miró, pero él sacudió su cabeza- no, nada.
- Sabes, cada vez que yo desaparecía cerca del atardecer tu padre me encontraba aquí.
- ¿De verdad?
- Si, él sabía que me gustaba pensar viendo el atardecer desde aquí y siempre venía.
- ¿Venía y se sentaba a tu lado, como tu hiciste hoy?
- Si, se sentaba a mi lada y hablábamos, incluso a veces nos quedábamos hasta tarde para ver las estrellas.
- Ya veo...- se quedaron un largo rato en silencio, las primeras estrellas comenzaban a aparecer- Hadda, ¿puedo hacerte una pregunta?
- Claro Kaori, lo que quieras.
- Bueno yo... quería saber si... mmm...- dudó un poco, no sabía con exactitud como formular la pregunta- ¿Puedo conocer la historia que hubo entre tu y mi padre?- dijo al fin, esperando un NO como respuesta.
- Kaori...- ella le colocó una mano en la cabeza, despeinándolo- No “puedes” saber esa historia, “tienes” que saberla, es parte de tu pasado- el chico sonrió y escuchó atento-. Verás, cuando yo tenía nueve años como tu, conocí a una ninja y jamás me imaginé que yo también sería una. Yo me críe en un país muy lejos de las Tierras Ninjas-Samuráis, en un país en donde se creía que los ninjas y samuráis había quedado en el pasado. Bien, la cosa fue que para llegar a ese sueño que te dije que tenía vine a parar aquí, a la Aldea Ninja del Fuego. En ese momento tenía dieciséis amos, casi diecisiete y tu padre hacía solo un mes que había cumplido los dieciséis.
- Era agosto.
- Así es. La cosa era que yo debía aprender las habilidades ninjas básicas en un año, por lo que Keiichiro-sama me nombró Deshi.
- Por eso nos dijiste que nunca habías ido a la academia ninja.
- Exacto. La cosa es que conocí a tu padre en una especie de torneo que había ese año en la aldea. Keiichiro me metió en el torneo y llegué, para sorpresa de todos, llegué a la final y gané; antes tuve que pasar sobre Kaichi Kamakura y apenas lo vi... bueno...- se ruborizó un poco- Kaichi era muy lindo en esa época, y no es que ahora no lo sea, y yo era muy enamoradiza en esos días, y nos que no lo siga siendo. En fin, tu padre me gustó desde el momento en que lo vi- hizo una pausa y tomó aire-. Pasaron unos meses y yo iba aprendiendo un poco de cada Kyosho y por lo tanto entrené con tu padre: él me enseñó a ver y golpear los estanques y puntos de Aura con mi Jigokume.
- ¿Te enseñó el estilo Kamakura?
- Si, algo así... como sea, nos hicimos muy bueno amigos- y dejó de hablar, como si hubiera terminado.
- ¿Solo eso? ¿Fueron buenos amigos? ¿Nada más? Yo creí que habían tenido OTRO tipo de relación.
- Jeje- Hadda comenzó a reírse y volvió a despeinarlo- Caíste Kaori. La historia o termina ahí... un día yo desaparecí de la nada, y fue tu padre el que me encontró.
- ¿Estabas aquí?
Ella asintió- Y al igual que yo lo hice hoy, él se sentó a mi lado y comenzamos a hablar y... bueno... ham...
- ¿Qué pasó? ¡¿Se besaron, verdad?!
Hadda estaba roja como un tomate, miró al chico a los ojos y vio en ellos emoción y curiosidad.
- Si Kaori, nos besamos- el chico esbozó una dulce sonrisa.
- Entonces... ¿Por cuánto tiempo fueron novios?
- ¿He? Nunca fuimos novios Kaori, solo...
- ¿Qué? ¿Fue solo un beso?
- No, no fue solo uno... pero no fuimos novios...
- Los dos se quería, se besaban, pero no eran novios? Y entonces que eran?
- Ham... no lo se... la cosa es que yo, como siempre, tuve que arruinar la relación.
- ¿Por qué, que hiciste, que pasó?
- No es lo que haya pasado o lo que hayamos hecho, yo venía del futuro Kaori, no pertenecía al presente que tu padre vivía y como viajera del tiempo no puedo intervenir en el pasado.
- ¿Y cuando volviste al presente...?
- Cuando volví al presente tu ya habías nacido Kaori y por lo tanto ya era tarde para mi, tu padre había elegido a alguien más, alguien que realmente lo hizo feliz, no como yo, que jamás habría podido.
- Te equivocas- contradijo el chico- mi papá no quiere a mi mamá, solo se casó con ella po mi, porque él quería tener un hijo pero no quería casarse, pero mis abuelos maternos los obligaron, aunque ellos no querían...- Hadda se quedó atónita ante lo que el chico le dijo-. Es verdad, créeme. Mis padres estuvieron dos años y medio de novios y querían tener un hijo, pero sin casarse.
- Pero entonces...
- Me padre no quiere a mi madre, por eso se separaron, ¡él te quiere a ti! ¡Estoy seguro!
- Pero Kaori...
- Estoy seguro de que si tú le hubieras dicho a mi padre que volvieras al presente lo buscarías, él también te hubiera buscado y...
- ¡No! Kaori no entiendes, yo no podía decirle nada a Kaichi, porque si lo hacía tú no ibas a nacer y la historia dice que tú tenías que nacer. Yo no puedo intervenir en el pasado, por más que quiera.
El chico la miró a los ojos- Tu querías seguir con mi padre, ¿verdad?- ella asintió- ¡¡¿Y por qué no lo hiciste?!!
- Porque tengo la mala costumbre de hacer lo que debo y no lo que quiero... siempre fui así. Respeto las leyes y las reglas, aunque no lo sienta así.
- ¿Estás diciendo que nunca hiciste lo que tu corazón quería?
- Así es Kaori... ese es el camino de un guerrero, el camino ninja: hacer lo que se debe, no lo que se quiere.
El chico no dijo nada. Tenía razón: el código ninja decía que se debía priorizar una misión ante los sentimientos, pero aún así él sabía que Kaichi quería mucho a Hadda y no la hubiera dejado ir si ella le hubiera dicho la verdadera razón por la cual lo suyo no funcionaría. Pero entonces Kaori recordó lo que había dicho el líder de Caelum Sanguis: “únetenos o tus amigos no vivirán mucho más”... “te nos unes o las personas que más quieres sufren las consecuencias”.
- Entonces... ¿Qué harás con Caelum Sanguis?
- ¿He? ¿A que te refieres?
- ¿Te les unirás o no?- ella lo miró, como buscando una explicación- ¿Vas a hacer lo que tienes que hacer o lo que quieres hacer?
- En ese caso Kaori, la cosa no es “tener-querer”, es deber y corazón... lo que dicta el código y lo que dicta mi corazón.
- ¿Y que vas a elegir? ¿El deber o el corazón?
Ella lo miró y se perdió en sus ojos verdes- No lo se...
..continuará...
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