Cáp. 15: La preparación.
Estaba sentada en la infinita oscuridad de su mente, observando el desolador paisaje, esperando despertar, como miles de veces antes. Pero esta vez no era como las demás, esta vez su cuerpo estaba débil y su también, eran las circunstancias perfectas para que el demonio saliera y tomara el control.
Una ráfaga de viento rojizo pasó velozmente por su izquierda. La miró de reojo, él quería salir, pero no lo dejaría, hacía muchos años que le impedía salir. Antes, necesitaba de la ayuda de alguien más para mantener en equilibrio, pero desde que había cometido el peor de su vida, ella era su propio equilibrador.
Se puso de pie y comenzó a caminar hacia la única puerta abierta. El viento rojizo comenzó a envolverla rápidamente; pero no se desesperó, simplemente tomó el picaporte de la puerta que se estaba volviendo roja y simplemente la cerró de un portazo. El viento se metió por la cerradura y el paisaje volvió a ser infinitamente negro.
Suspiró profundo y retrocedió unos pasos, pero se sobresaltó al sentir que chocaba con alguien. Se dio vuelta y se encontró cara a cara con Shusei. Suspiró aliviada, su primo le sonrió y le colocó una mano en el hombro: sus ojos mostraban preocupación.
- Ya estás en Caelum Sanguis, ya no hay vuelta atrás.
- Lo se, pero así es mejor... ahora Toki y todo la aldea están a salvo.
Unos meses después, en una remota caverna del País de la Garra, Kentaro e Ikkyo hablaban. El Heian estaba sentado en una delicada silla de madera revestida en terciopelo. Kentaro estaba parado en frente de él.
- ¿Estás seguro de que funcionará?
- Claro que estoy seguro Kentaro- sacó un mechón de cabello castaño claro- esto me guiará hacia Hadda y ella está con Shusei.
- Pero...
- No te atrevas a contradecirme gusano. Después de todo tu solo eres un peón, un pedazo de metal que sigue a un imán, solo porque ese imán tiene poder...
- No me refería a eso... yo... Ikkyo-sama, cómo estás tan seguro de que Hadda está con Shusei?
- ¿Crees que no los conozco? Ellos están juntos... te lo aseguro.
- ¿Juntos...? pero... en que sentido?
Lo miró como quien mira a una cucaracha muerta- En todos los sentidos que se te ocurran.
Kentaro se quedó un rato en silencio, esperando a que Ikkyo dijera o hiciera algo, no siempre entendía lo él decía o hacía, no era tan predecible ni tan fácil de complacer como Genji-sama.
- ¿Cuándo dices que harán el ritual?
Tardó un poco en comprender que le estaba hablando a él- Ham... está previsto para esta noche, porque es Luna nueva...
- ¿Y que tiene que ver la Luna nueva en todo esto?
- Ham... aparentemente el demonio interior de Hadda-hime se debilita en Luna nueva.
- Hum ya veo... entonces el mejor momento para atacar será mañana.
- No lo creo- Ikkyo lo miró, de seguro iba a decirle algo, pero él se apresuró a agregar- Incrementarán su seguridad por el ritual! Quizás sería mejor atacar pasado mañana o dentro de cinco o seis días...
- No, seis días es mucho tiempo, Hadda es una mujer inquieta, querrá entrenar apenas se despierte, y no pudo impedir que se acostumbre a sus nuevos poderes... atacaremos en tres días.
- De acuerdo, como digas...- hizo una reverenda y salió de la habitación de piedra lentamente.
“- Cuando Hadda esté débil no podrá defender a mi hermano y entonces nadie se interpondrá entre mi venganza y yo.”
Mientras tanto, en la Aldea del Fuego, Kaichi entra algo nervioso (muy inusual en él) a la oficina de la HiKokuo.
- Kaichi, cálmate, que te pasa?
- Kaori... aún no ha vuelto de la misión...
- Cálmate, Kaori es un buen Chimu, podrá llevar la misión con éxito.
- Pero... su equipo, dijiste que eran tres Deshis más, y es su primera misión de rango A como Chimu, no crees que necesitarán ayuda.
- Kaichi, escucha: Kaori es un buen líder, po algo fue ascendido a Chimu, y los tres Deshi son sus amigos, él los conoce, además no son Deshis cualquiera: Takeshi, el hijo del líder SSEG; Tsume, el genio del Clan Dobutsuchi y Soichi, el nieto del tercer HiKokuo, son Deshis de elite.
- Pero...
En ese momento Kazuo entró como si nada a la oficina, le dejó un papel a Keiichiro y se dispuso a salir de nuevo.
- ¡Kazuo espera!- el hombre la miró, sus ojos celestes habían perdido su brillo habitual- Acompaña a Kaichi al País de la Garra, a la aldea fronteriza y demuéstrale que su hijo está bien.
Asintió con la cabeza y salió, junto a Kaichi, de la habitación y luego de la aldea, tomando el camino del oeste.
Unos veinte minutos más tarde, unos kilómetros al sur de la triple frontera (el País del Fuego, el País del Desierto y el País de la Garra), en la entrada secreta a la guarida escondida de Caelum Sanguis, Takuma, el mitad planta, espera el regreso de los dos Heian. Luego de unos segundos, dos figuras comienzan a verse por el camino: ambas llevaban túnicas y la de la derecha es más petiza que la de la izquierda.
- Ya era hora...
-Hey, el País del Fuego es grande- dijo en forma de respuesta Hadda, entrando sin mirarlo al túnel.
- ¿Dos especialistas en persecución, secuestro y rescate, no pueden encontrar a un simple asesino en su país de origen?- preguntó, con un tono de burla y acusación.
La chica se detuvo en seco y lo miró penetrantemente con sus ojos cristalinos- Buscar un criminal en el País del Fuego es como buscar una aguja en un pajar.
- No creo que sea difícil para ustedes... conocen el país y poseen el Jigokume...
- Deja de quejarte Takuma- interrumpió bruscamente Shusei, interponiéndose entre ambos- trajimos diez mil... era la recompensa.
- ¡¡Diez mil!! Co...
Antes de que pudiera continuar hablando, Shusei empujó hacia adentro del túnel a Hadda y desaparecieron de la vista en un abrir y cerrar de ojos.
Comenzaron a caminar por el apenas iluminado pasillo hecho de piedra y pasados unos minutos Hadda tomó de la mano a Shusei, él la miró algo extrañado.
- ¿Crees que Shinji sospecha algo?
- No lo se... y si lo hace no me importa... sabes que haré lo que sea para hacerte feliz.
- Pero...
Le acarició el cabello demostrándole cariño- Kaichi te hace feliz y él está en la Aldea, por lo tanto tu eres feliz yendo a la Aldea... y me ocuparé de que nadie te impida llegar todas las semanas a tu felicidad...
Ella le sonrió tiernamente y le dijo en un susurro- Gracias Shusei-san.
Él estaba por decir algo, cuando Yusei y Kaname aparecieron.
- Hola chicas, ¿Cómo están?- saludó alegremente Yusei- ¿Te cortaste el cabello Hadda?
- Oh si... jeje creí que nadie aquí se daría cuenta.
- Hey, es fácil notar los cambios en alguien a quien aprecias... te queda muy lindo.
Hadda se ruborizó un poco por el comentario del chico- Jeje gracias...
- Oigan, tengan cuidado, Shinji está algo extraño con respecto a ustedes- les advirtió Kaname.
- ¿Extraño?
- Te lo dije Shusei-san, sospecha algo...
- Oigan cálmense... nosotros nos hicimos cargo de que no sospeche...
- Gracias Yusei-kun, pero...
- Hey, si trajeron recompensa no tienen de que preocuparse.
- Entonces no va a decirnos nada... porque trajimos bastante- Shusei hizo resonar unas monedas dentro de su túnica y sonaban a muchas.
- Cielos... espero que sean tantas como suenan...
- Lo son.
Se despidieron de sus amigos y siguieron caminando, al cabo de unos quince minutos se cruzaron con Yuriko.
- Me da gusto verte Shusei-kun... Shinji ya se estaba poniendo algo... especulativo.
- ¿Especulativo?- preguntó Hadda.
Ella asintió y comenzó a caminar junto a ellos- Está convencido de que ustedes dos esconden algo.
Los dos Heian se miraron de reojo, entonces Shusei dijo en forma de respuesta:
- Todos en Caelum Sanguis ocultan algo, como por ejemplo el porque de pertenecer a esta organización.
- Si... tienes razón... pero será mejor que tengan cuidado.
Siguieron caminando un rato más, el pasillo tenía cada tanto puertas que conducían a diferentes habitaciones, pero ellos debían llegar a la última puerta antes de la gran habitación circular, que era el lugar en donde siempre se encontraba el líder, cuando no estaba en su habitación.
Cuando por fin llegaron, Shusei llamó suavemente a la puerta y de dentro se escuchó la voz de Shinji decir:
- Entren.
Los tres jóvenes entraron a la oscura habitación, en la que no se distinguía ni una sola parte de pared porque había decenas de espejos de diferentes tamaños, formas y con diferentes efectos. El líder estaba en el centro de la habitación, de espaldas a la puerta y con los ojos cerrados.
- Ya era hora de que llegaran... hoy es el día...- abrió un ojo y miró fijo a Hadda- espero que estés lista.
Activó el Jigokume solo en su ojo izquierdo en forma de respuesta.
- Espero que por lo menos hayan traído recompensa, ya que tardaron tanto...
Shusei dibujó en su rostro una pequeña mueca de risa y lanzó una pequeña bolsa de cuero. Shinji la tomó en el aire como si nada, la abrió y sorprendido abrió el otro ojo.
- ¿Y esto es el diez por ciento?
- jaja lo vez Shinji, tengo pocas misiones, pero...
- El dinero no compensa nada Hadda- la interrumpió bruscamente. Prepárense, apenas se esconda el Sol comenzaremos con el ritual.
Shusei y Yuriko salieron de la habitación apenas terminó de hablar, pero ella no se movió, siguió con la mirada fija en Shinji, el cual volvió a cerrar los ojos.
- Mas te vale que cumplas tu promesa Shinji, o sino...
- ¡Ja! ¡O sino que! Para medianoche no serás más que una simple kunoichi desmayada.
- No te confíes tanto, que sea Luna nueva no quiere decir que te va a ser fácil...- le dio la espalda y comenzó a caminar hacia la puerta- tendrás que tomar parte de mi alma si quieres controlar su poder...
- Como digas...
En ese instante el reflejo de unos ojos rojos apareció en la puerta, pero ella hizo girar las aspas de su Jigokume -que seguía activado solo en el ojo izquierdo- y anuló la ilusión, luego simplemente salió de la habitación.
Horas más tarde, unos minutos después del atardecer, Hadda caminaba junto a Shusei por el largo pasillo hacia la gran habitación circular.
- De verdad, ten cuidado Shusei-san...
- Deberías preocuparte por ti, no por mi... tienes que ocuparte de resistir para no morir.
- No voy a morir... pero ustedes... ¡todos están en peligro!
- Cálmate... hemos hecho esto muchas veces, tomamos las precauciones necesarias para que nadie muera.
- Y sin embargo los jinyurikis siempre han muerto.
- Me refería a miembros de Caelum Sanguis.
- Si, pero esta vez va a ser diferente, porque esta vez no será un bijuu lo que van a extraer, va a ser un demonio mucho más poderoso.... ¡incluso es posible que deban crear un sello contenedor!
Se pararon frente a la puerta. Shusei la tomó de los hombros y la miró fijo a los ojos como nunca antes lo había hecho.
- ¿Confías en mi?- le preguntó, con una voz muy atractiva. Ella asintió despacio con la cabeza. Él le tomó la cara muy suavemente y se la acercó hasta que sus narices se tocaron- entonces no tienes de que preocuparte. Yo siempre te voy a proteger- y entonces la besó lentamente.
Pero Hadda, aunque respondió a ese dulce beso, sabía lo que su primo quería transmitirle; era un gesto de cariño, para decirle que siempre estaría con ella, que la protegería y que era una promesa, una promesa sellada con un beso que pareció eterno, un beso entre dos primos que se amaban y sabían que aunque nada ni nadie los podría separar, nunca podrían estar juntos.
Cuando se separaron, volvieron a mirarse a los ojos, pero esta vez por un segundo, y luego entraron a la enorme sala, sabiendo lo que les esperaba.
Cáp. 16: Rompiendo el sello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario