Escena 13
En una gran habitación llena de jeroglíficos, con dos sarcófagos en el centro, el próximo Faraón, Amenhotep y su pequeña hermana, observan tristemente los dos ataúdes, en donde yacen los cuerpos de sus padres, el Faraón y la Reina, muertos de una extraña enfermedad. Amenhotep lleva colgado en el cuello el rompecabezas que le dio su padre antes de morir, y su hermana lleva en la muñeca izquierda el brazalete de Isis, el cual heredó de su madre, quien murió meses antes que su padre. De la nada, su tío, Amenjet y su primo, Ajmotep, entran en la sala.
En una gran habitación llena de jeroglíficos, con dos sarcófagos en el centro, el próximo Faraón, Amenhotep y su pequeña hermana, observan tristemente los dos ataúdes, en donde yacen los cuerpos de sus padres, el Faraón y la Reina, muertos de una extraña enfermedad. Amenhotep lleva colgado en el cuello el rompecabezas que le dio su padre antes de morir, y su hermana lleva en la muñeca izquierda el brazalete de Isis, el cual heredó de su madre, quien murió meses antes que su padre. De la nada, su tío, Amenjet y su primo, Ajmotep, entran en la sala.
Amenjet: - Mis pobres sobrinos... tan dolidos por las prematuras muertes de sus padres, ¿Por qué están aquí?
Amenhotep: - Tu lo dijiste tío, estamos dolidos por las muertes de nuestros padres... vinimos a desearles un buen viaje a la próxima vida antes de que sellen la tumba para siempre...
Ajmotep: - Hermanos... no beberían estar aquí, ver esto de seguro acrecentará su dolor...
Amenhotep: - Cállate Ajmotep, tu no eres digno de llamarnos así... tu no eres nuestro hermano...
Ajmotep: - ¡¿Cómo te atreves?! ¡Además que me usurpaste el trono te tomas el atrevimiento de deshonrarme diciéndome que no soy hijo del Faraón!
Amenhotep: - ¡Cállate! ¡Ustedes son unos mentirosos y traidores! ¡Los dioses me lo dijeron al morir mi padre! ¡Tú no eres mi hermano mayor, eres mi primo!
Ajmotep: - ¡Pero que estupideces dices hermano! ¡Eso no es verdad! ¡Los dioses de seguro....!
Amenhotep: - No te atrevas a llamar mentiroso a los dioses... ¡y a tu Faraón!
Ajmotep: (toma a Amenhotep del cuello de su túnica) - Aún no eres el Faraón, y si sigues así nunca lo serás...
Princesa: - ¡Suéltalo! ¡Aléjate de él, traidor!
Amenjet: (toma a la niña del cuello y le tapa la boca) - Deja de gritar niñita... ahora ustedes son los traidores, por profanar las tumbas de sus padres....
Amenhotep: (le pega a Ajmotep en el estómago y logra soltarse) - Suelta a mi hermana, o sino...
Amenjet: (en tono burlón) - ¿O sino que?
Amenhotep: (toma el rompecabezas, el cual comienza a emitir una tenue luz) - Recibirás el castigo de los dioses por haber traicionado al imperio.
Amenjet asustado, suelta a la niña y retrocede, entonces su hijo, Ajmotep, toma al pequeño Faraón del cuello y comienza a ahorcarlo.
Amenhotep: - Hermana, rápido, corre y avisa a la corte real, estos traidores deben ser ejecutados... ¡rápido hermana, vete!
Princesa: - Pero... ¿que hay de ti, hermano? (comienza a llorar) - ¡No voy a dejarte solo!
Amenhotep: - ¡¡Solo vete!!
La princesa sale corriendo de la tumba, pero Amenjet la sigue y la atrapa antes de que llegue al palacio real. Allí convence a los miembros de la corte con la falsa historia de que ella y su hermano estaban profanando las tumbas de sus padres. Luego de unas semanas, los dos hermanos son desterrados y Ajmotep toma el nombre de Amenhotep para así ocupar el trono.
Los dos hermanos huyen al oriente, hasta la India, donde mueren, dejando como herencia el Brazalete de Isis. Los descendientes del falso Amenhotep se convirtieron en los faraones de la XVIII dinastía del Imperio Nuevo, pero el Rompecabezas jamás fue usado nuevamente por los faraones ya que poseía una terrible maldición, por lo que fue enviado al extranjero.
Escena 14
Al otro día a las 18:30 hs., Satinne y Jonn están parados frente a una gran puerta de piedra en medio de la montaña, en el valle de los reyes, Egipto. En el marco de la puerta hay un símbolo muy parecido a un ojo entreabierto.
Jonn: - ¿Estas segura de que es esta?
Satinne: (saca de su cartera el rompecabezas y se lo cuelga en el cuello a Jonn) - Si, porque ese símbolo del ojo esta también en el rompecabezas y en el brazalete.
Jonn: - Bien, entonces entremos.
Ambos entran en la tumba y caminan por un oscuro corredor, al ver una antorcha, Jonn la toma y enciende con su encendedor. Alumbrados por la luz del fuego ambos avanzan, sin saber que eran seguidos por tres extrañas sombras.
Al pasar por otra enorme puerta se encuentran en una habitación cuadrada con dos puertas (una con el mismo símbolo del ojo) y llena de inscripciones jeroglíficas y dibujos que representaban al Faraón y los dioses.
Jonn: - Por donde.
Satinne: - Por ahí (señala la puerta izquierda que tiene el símbolo en su marco)
Ambos pasan por la puerta y al paso de unos 15 minutos, el caminos se sierra. La pared tiene un símbolo de un ojo dibujado en la parte de abaja y un águila en la parte de arriba.
Jonn: - ¡Genial! Sin salida.
Satinne: - Si tiene salida, verás, la mayoría cree que los egipcios estaban locos, pero eran muy inteligentes. ¿Ves ese pequeño rayo de luz? (señala un pequeño rayito de luz que parece un simple error de construcción) - Hay que hacer que toque el símbolo de Amon-Ra, el sol.
Jonn: - ¿Aja, y como?
Satinne: - Con un espejo.
Jonn: - ¿Y quien rayos tiene un espejo?
Satinne: - No sabes mucho de mujeres, ¿Verdad? (saca un espejo de su cartera) - Solo tenemos que poner el espejo de tal manera para que la luz se refleje en él y de justo en el símbolo.
Satinne le pasa el espejo a Jonn y este se sube a un pequeño borde sobresaliente de la pared y coloca el espejo como le dijo Satinne. Al colocarlo en un ángulo de 45º la luz da con el símbolo de Amon-Ra y la puerta secreta se abre.
Satinne y Jonn pasan y se encuentran con una estrecha pasarela dividida en dos, y a los costados un enorme precipicio. Satinne mira a la derecha y traduce los jeroglíficos:
Satinne: - “El que no muestre respeto, partirá al reino de Anubis”
Jonn: - ¿El reino de Anubis? ¿Quien es Anubis?
Satinne: - El dios de la muerte...
Jonn: (traga saliva) - Bien entonces mostremos respeto... pero como.
Satinne: - Caminando con el pie izquierdo al frente y con el derecho siempre atrás.
Jonn: - ¿Por qué así?
Satinne: - En Egipto, cuando alguien quería demostrar que era fiel y que respetaba al Faraón debía mostrarle el corazón, colocando la parte izquierda del cuerpo adelante y la derecha atrás.
Jonn: - ¡Oh! Bien, crucemos.
Así, los dos jóvenes cruzan la estrecha pasarela, y al llegar a la próxima puerta simplemente entran: la habitación era rectangular, con dos sarcófagos de oro, a la derecha el del Faraón y a la izquierda el de la Reina. Entre ambos, una pequeña mesita con la pieza faltante del rompecabezas. De repente se escucha el grito de un hombre y luego pasos apresurados. Justo cuando Satinne estaba por darse vuelta alguien le coloca bruscamente una navaja en el cuello.
Jonn: - ¡Satinne!...¡¡Suéltala!!
Hombre: - Será mejor que te calles o sino X matara a tu amiga...
X: - ¡Vamos, que estás esperando H!
H: - ¿Crees que soy tonto? ¿Sr. McKallan nos haría el honor de traer la pieza?
Jonn: -¡Jamás!
X apretó un poco mas la navaja en el cuello de Satine.
Satinne: - ¡No lo hagas!
H: - Que prefieres, ¿Tu amiga o el oro?... ¡¡Ve y tráeme esa pieza!!
Jonn se acerca lentamente a los sarcófagos. De repente Satinne le pega un codazo en el estomago a X, lo pisa y hace que suelte la navaja. La navaja vuela a los pies de Jonn, y éste la toma.
Satinne: - ¡¿Para que rayos quieren éste rompecabezas?! No pueden venderlo, en su interior tiene el alma de un Faraón, y eso le traerá mala suerte a cualquiera...
H: - Excepto al heredero del Faraón... y para tu información, ¡YO SOY EL HEREDERO!
Satinne: - ¡Claro que no! Tu eres ingles, y esos jeroglíficos dicen claramente que el hijo del Faraón no se fue a Israel, se fue a la India, y sus descendientes ¡Están en Japón, los conocimos! El que finalmente tuvo descendencia europea, fue el sobrino del Faraón... ¡El hijo del hermano traidor!
Jonn: - Por lo tanto tú no eres el legítimo heredero del noble Faraón, sino el de su hermano, el traidor...
X: - ¡Te dije que era imposible que fueras heredero de un faraón de Egipto!
X y H se pusieron a discutir en ruso sobre su supuesta herencia. Satinne aprovechó la oportunidad para que Jonn le pasara la navaja y aflojó el sarcófago del Faraón, entonces cuando H se dio cuenta de esto, corrió hasta donde estaba ella y abrió bruscamente el sarcófago. De su interior salieron miles de pequeños insectos que atacaron a H y le devoraron todo la piel de su cara, X salio corriendo hacia la pasarela y callo al abismo...
Cuando H cayó muerto al suelo, Satinne le coloco el rompecabezas al Faraón y el brazalete a la Reina, y con ayuda de Jonn volvieron a serrar el sarcófago. Entonces, una luz enceguecedora envolvió la habitación y ambos jóvenes vieron como dos esferas de luz salían de los sarcófagos y se escabullían por dos pequeños conductos que daban al exterior, haciendo que las almas del Faraón y su Reina ascendieran por fin a las estrellas, como los antiguos egipcios creían...
Una vez afuera de la tumba...
Satinne: - Al fin el alma del Faraón y su Reina descansará en paz...
Jonn: (se sienta en contra del marco de la puerta de entrada y asiente con la cabeza) - Al fin y al cabo, he decepcionado a mi padre (baja la mirada)
Satinne: (se arrodilla hasta quedar a su altura) - ¿De que hablas?
Jonn: - Soy un cobarde, no pude enfrentarme a...
Satinne: - ¿Cobarde? Eres un hombre muy valiente.
Jonn: - ¿Valiente? Un hombre valiente no pondría en peligro a una mujer...
Satinne: (lo acaricia suavemente) - Créeme, cualquier cobarde hubiera salido corriendo como ese ruso tonto...
Jonn: (suelta una pequeña risita) - Gracias... realmente eres mi amiga...
Satinne: - ¿Solo amiga?
Satinne se acerca muy lentamente a Jonn y simplemente se besan...
Fin.
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