capitulo anterioir:
- ¿Te refieres a tu técnica de Sellado de Almas?
- Esa misma, Toki debemos...- pero antes de que pudiera terminar la frase una espeluznante voz habló, desde el interior de la habitación sellada.
- Es hora de mostrarles mi poder, niños.
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Hadda y Toki miraron a la puerta que comenzaba a abrirse. Habían escuchado hablar de la ocasión en que el kyuubi atacó la Aldea del Fuego, pero jamás lo habían visto en su forma auténtica. A Toki comenzaron a temblarle las piernas, mientras que Hadda apretaba sus dientes con fuerza para que castañearan.
Cuando la puerta se terminó de abrir un aliento caliento caliente inundó el pasillo, luego un enorme hocico se les acercó bruscamente hasta quedar a solo unos cuantos centímetros de ellos. El zorro volvió a resoplar y ambos chicos tuvieron que cubrirse la cara con el brazo y aferrase el uno al otro para no salir disparados hacia atrás. Ambos chicos retrocedieron unos pasos, los suficientes como para estar a salvo del volcánico aliento y para observar el cuerpo completo del demonio. La mitad del cuerpo aún estaba dentro de la habitación-cárcel: se podía el enorme hocico, sus puntiagudos y monstruosos colmillos, sus rojos ojos endemoniados y llenos de ira; sus puntiagudas, largar y peludas orejas y sus enormes y peligrosas zarpas amarillentas. El demonio comenzó a avanzar hacia ellos, poco a poco su enorme cuerpo fue saliendo y ambos jóvenes iban retrocediendo cada vez más. El gigantesco zorro se puso de pie, aún con sus nueve colas y sus patas traseras dentro de la habitación; entonces abrió la boca y comenzó a hablarles:
- Fuiste una idiota al sacar el sello del Cuarto niña.
- El error fue tuyo por haber salido de esa habitación zorro- lo enfrentó ella- volveremos a sellarte, no tendrás oportunidad contra nosotros.
El zorro soltó una estridente y sarcástica carcajada- No te mientas a ti misma. El Cuarto tuvo que morir para enserarme aquí dentro, ustedes no podrán hacer nada, el Cuarto fue el más poderoso de los HiKokuos, ¡y ustedes son insignificantes ninjas de segunda clase!
- ¡¡Cállate maldito zorro!! El Cuarto, como tú lo llamas, era mi padre, yo soy tan fuerte como él.
Volvió a reír- ¿Tu, Toki, tan fuerte cómo el Cuarto? No me hagas reír. ¡Tu estás con vida gracias a mi y nada más!
- Estoy con vida gracias a mi mismo y a mis amigos.
Mientras el kyuubi y Toki discutían, Hadda aprovechó para crear el sello que usarían para volver a sellar el demonio. Colocó un pergamino en cada hoja de la puerta y cuando se colocó detrás de Toki, con el sello del Cuarto en sus manos, gritó:
- ¡Sellado de Almas, Primera Fase!- de los pergaminos que había colocado comenzó a salir una especie de brazo hecho de Aura de fuego que tomó al kyuubi de las orejas y comenzó a arrastrarlo hacia adentro de la habitación.
Inmediatamente Toki se dio vuelta y, junto a Hadda comenzó a hacer las poses de manos secretas para invocar los poderes del dios de la muerte que la chica le había enseñado. Pero antes de completar las once[1] posiciones, ambos se detuvieron en seco al ver que el demonio se había soltado y se dirigía hacia ellos:
- ¡Agáchate!- gritó la chica, empujando a Toki hacia el costado justo a tiempo, ya que el kyuubi había lanzado un poderoso zarpazo.
Toki rodó por el piso y cuando levantó la mirada vio que la pata del zorro estaba aplastando a su amiga.
- ¡Hadda!
- ¿Creíste que me sellarías con esos inútiles pergaminos? Estás equivocada...- Toki invocó sus clones y corrió a luchar, pero se detuvo en seco al oír la última palabra que el zorro pronunció-... niñita.
- Ups, creo que cometiste un horrible error zorro.
- ¿He?- Kyuubi no Youko lo miró, sin darse cuenta de que Hadda comenzaba a levantarse por debajo de su pata- De que hablas To...
Pero antes de que pudiera terminar la frase, Hadda se levantó y -con una fuerza sobrehumana- apartó la pata del zorro. La chica tenían sus ojos Jigokume activados y gruñía como un perro. De la nada saltó y le pegó un poderoso puñetazo en la cara al demonio, haciendo que éste perdiera el equilibrio y cayera contra el húmedo piso. Hadda se le puso enfrente y lo miró con odio, luego le gritó:
- ¡¡CÓMO ME LLAMASTE!!
- Ni...- kyuubi se levantó lentamente, luego se agachó hasta que su hocico quedara a la altura de la cara de Hadda- Te llamé niñita- luego simplemente resopló.
Pero esta vez Hadda se quedó firme ante el demonio, aunque el aliento casi la lanza hacia atrás.
- ¡¡Nadie me llama niñita!! ¡Entendiste estúpido zorro!
El demonio lanzó una estridente carcajada- No me das miedo niña, ¿o acaso debo recordarte la diferencia entre nuestros Auras?
- ¡Ja! ¿Qué diferencie? Nuestros Auras no son diferentes, ¿quieres verme en acción?- preguntó ella en tono burlón.
- ¿Verte en acción? ¡Ja! ¡No dudarías ni un minuto en batalla contra mí!
- ¿Quieres apostar?- lo provocó la chica con una sonrisa burlona.
Kyuubi no Youko lanzó un poderoso rugido y Hadda retrocedió unos pasos, sin borrar su sonrisa. Entonces tomó una kunai y la lanzó directo a los ojos del demonio, pero también levantó los dedos índice y mayor de la mano derecha, luego dijo:
- ¡Multiplicación de Kunais!- y en lugar de una, cientos de cuchillas atacaron al zorro.
Pero no sirvió de mucho, kyuubi simplemente se protegió con una de sus colas e inutilizó el ataque. Cuando el demonio se centró de nuevo en el lugar donde estaba la chica descubrió que ésta volvía a hacer las posiciones del sello, por lo que le lanzó una poderosa llamarada de fuego. Pero Hadda se desvaneció al ser tocada por el fuego y tanto ella como Toki se abalanzaron sobre los costados del demonio, con un clon de ellos cada uno y entre sus manos, poderosas esferas de energía. Ambos atacaron diciendo:
- ¡Meteoro Gigante!- Hadda atacó por la izquierda.
- ¡Esfera Tifón Gigante!- Toki hizo lo suyo por la derecha.
El meteoro gigante, una inmensa esfera de Aura de fuego solidificado girando a gran velocidad, no golpeó al zorro sino que chocó contra la esfera tifón gigante, una enorme esfera de Aura de viento girando a una velocidad increíble, y ambas técnicas se anularon la una a la otra. Los clones se desvanecieron y los dos jóvenes chocaron uno contra otro. Luego cayeron al suelo, Hadda arriba de Toki.
La risa del zorro resonó en el infinito pasillo. Los dos chicos se levantaron y, con una kunai en la mano cada uno, se pusieron en guardia, espalda contra espalda.
- Hadda, ¿no será mejor que actives tu Oniroku Jigokume?
- No, aún no.
- ¡Qué! ¿Por qué no?
- ¿Por que crees que los Heian tienen habilidades de fuego, Toki?- el chico la miró por encima del hombro- Porque el primer Heian, Nou, hizo un pacto secreto con kyuubi. Él puede sentir la presencia de la sangre Heian, se da cuenta cuando activamos el Jigokume y si eso pasa el Oniroku Jigokume mismo deja de tener sentido, ¿entiendes?
Toki asintió- ¿Y qué vas a hacer?
Hadda sonrió vagamente y un pequeño colmillo sobresalió de sus labios- Ya verás amigo.
Toki abrió la boca para hablar, pero antes de que pudiera hacer algo el kyuubi volvió a lazar una poderosa llamarada. Una vez más los clones desaparecieron al ser tocados por las llamas. Ésta vez el zorro salió por completo de la habitación fue entonces cuando cientos de clones de Toki se abalanzaron sobre él, lo tomaron de las orejas, le taparon los ojos e intentaron amarar las nueve colas. El demonio hizo girar sus colas por lo que los clones fueron desapareciendo. Pero aún seguía sin poder ver nada, por lo que aprovechó para crear clones de ella misma, pero no cualquier tipo de clon, éstos estaban hechos de fuego. Entonces juntó sus manos palma con palma y entrelazó sus dedos meñique y anular, dejando levantados los mayores e índice, entonces dijo:
- ¡Oniroku Jigokume!- sus pupilas giraron lentamente y cuando se detuvieron tenían dos nuevas aspas, más largas que antes, que sobresalían del iris, que seguía tan rojo como siempre- Estás en problemas Kyuubi no Youko.
- ¡Suéltame niño idiota!- el demonio luchaba contra los clones de Toki- ¡No me vas a vencer con tu Jigokume niña!
- Lastima que no tenga el Jigokume normal- Hadda comenzó a hacer las ocho[2] posiciones necesarias para hacer la poderosa técnica; cuando terminó dijo- ¡Kaki no Tenshi![3]- sus pupilas comenzaron a girar velozmente y, detrás del zorro, apareció una especie de portal delimitado por fuego oscuro, entonces Hadda lanzó el mismo fuego por la boca e hizo que el kyuubi cayera dentro del portal, el cual se serró cuando terminó de pasar. Luego la chica sacó un pequeño sello y lo lanzó a las llamas oscuras diciendo- ¡Sello Antifuego!- las llamas fuego absorbidas por el sello, el cual se quemó al instante.
Luego Toki serró la enorme puerta y se dirigió a donde estaba Hadda, la cual desactivó su Jigokume por completo.
- ¿Y ahora que?
- Ahora haremos el sello Toki.
La chica abrió un pergamino y colocó en el centro el sello del Cuarto HiKokuo. Luego ambos comenzaron a hacer las once posiciones. Una vez que las terminaron, sus manos izquierdas se rodearon de Aura y ambos las plasmaron sobre el sello diciendo:
- ¡Sellado de Almas!
Un poderoso viento empezó a soplar y de entre sus dedos comenzó a salir una especie de humo negro que se dirigió a la puerta de acero y creó un nuevo sello en el lugar del anterior. Pero mientras el humo iba tomando forma Hadda comenzó a sentir un terrible dolor en la muñeca izquierda, lo que la obligó a sacar la mano del pergamino. Una vez que el sello se completó, Toki comenzó a sentir un ardor en toda la palma de su mano por lo que también la apartó del pergamino.
- ¿Qué pasó, qué es éste dolor? Creí que no había consecuencias físicas.
- Te quemaste, es todo, pero no te pasará nada más.
- ¿Y qué hay de ti?
Hadda se apretaba la muñeca para intentar calmar el dolor- ¿Yo? Je, yo creé ésta técnica, yo pedí prestados los poderes del Dios de la Muerte, mi alma, cuando muera, servirá eternamente a su mascota.
Toki la miró con la boca abierta. No podía creer que su mejor amiga nunca descansaría en paz, ni siquiera al morir, solo porque había creado esa técnica.
- Vamos Toki, debemos... debo salir de aquí- dijo ello cambiando bruscamente de tema.
- ¿Y cómo vas a hacer?
- Debes despertar.
- ¿Y cómo hago?
- Hum... ¡ha! Ya se- la chica tomó un poco de agua del piso y se la tiró en la cara.
- ¡Hey!
- Jaja, ¡despierta!- gritó de repente, volviendo a lanzarle agua.
- ¡Ha!- Toki despertó bruscamente y se sentó, Hadda estaba dormida en su regazo, por lo que la levantó y la acostó en tres sillas. Había gastado mucho Aura y debía descansar, por lo que no la despertaría por un buen rato.
Se sentó en otra silla y esperó. Al cabo de unos quince minutos él también se durmió, estaba cansado mentalmente, ambos se merecían un largo descanso.
[1] El número 11 surge por la suma de los dígitos de 47, el número de los muertos.
[2] Ocho: el número del incendio.
[3] Kaki no Tenshi: del japonés, “Ángel de Fuego”.
cap 5: La sangre q atrae a la sangre
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